El proyecto multipolar por una nueva civilización. El futuro de la milenaria Ruta de la Seda

Es posible pensar y reivindicar una sociedad nueva con relaciones de producción en una nueva simbiosis entre seres humanos y de éstos con la Naturaleza, es decir, proponiéndose avanzar en el Bien Común.

Introducción

En el recorrido de la humanidad a través de los tiempos, la relación del Ser Humano y la naturaleza ha cambiado, así como los lazos entre los propios seres humanos. Con el desarrollo de las fuerzas productivas sociales se modifican las relaciones de producción y aumentan los grados de libertad con respecto a los lazos existentes entre seres humanos y así como también con respecto a la naturaleza. Por ende, es posible pensar y reivindicar una sociedad nueva con relaciones de producción en una nueva simbiosis entre seres humanos y de éstos con la Naturaleza, es decir, proponiéndose avanzar en el Bien Común.

En la historia de la humanidad es preciso distinguir la línea de desarrollo oriental de la occidental. En la historia occidental, la transición de la comunidad primitiva al neolítico pasa por la propiedad privada sobre la tierra en el modo de producción antiguo de Grecia que luego desemboca en el modo de producción esclavista. Luego sigue el modo de producción feudal para terminar en el capitalismo. Todo dicho de modo esquemático y sin sus transiciones y procesos. Con una visión eurocéntrica este sería el curso de la historia compartida entre la derecha e izquierda ortodoxa en Occidente.

En la esclavitud, entre esclavos y amos es imposible concebir el Bien Común. Con la esclavitud se concibe una relación entre seres humanos (amo) y esclavos o instrumentos de trabajo parlante (según el derecho romano), o sea, la negación del otro como ser humano. La historia posterior de Occidente se centra en el desarrollo de la libertad individual del explotado. Primero la transformación de esclavo en liberto con que se transforma y se agota el sistema esclavista. Luego en el Feudalismo, el siervo que tributa en trabajo, explotado por trabajar un tiempo las tierras del señor y otro tiempo las tierras que posee. Con la renta en especie trabaja exclusivamente las tierras suyas, pero parte de la cosecha se la adeuda al señor feudal propietario de las mismas. Por ende, con la renta en dinero el siervo obtiene la libertad para moverse con el fin de poder vender su producto y ha de pagar una renta en dinero.

Con el capitalismo observamos el opuesto de la esclavitud. En su subjetividad el esclavo considera que todo su trabajo es trabajo ajeno y no percibe que el amo provee su sustento, por más miserable que fuera. En el capitalismo en cambio el asalariado en su subjetividad se siente libre para “vender” su trabajo al mejor postor, cuando en realidad solo vende su fuerza de trabajo[1] al propietario de los medios de producción. La Vía Occidental ha sido presentada como la línea de “La Historia de la Humanidad”, pero aquí no profundizaremos más en ella. La Vía Oriental en cambio ha sido marginada y pretendemos “traerla” nuevamente al presente y reivindicarla como la línea con mayores aportes y que mayores probabilidades tiene para fortalecer un cambio de civilización o civilizatorio.

Occidente con su legado histórico individualista, criticando y juzgando a la Vía de Oriente por la violación a los derechos individuales. En Occidente nunca se preguntarían siquiera cómo les juzgaría Oriente. Para Daniel Bell, la concepción angloamericana de “derechos” (derivada de Locke y Mill) está asociada con individuos y con mayor frecuencia ligada a desafiar la autoridad del “Estado”, en su función social general, aunque nunca menciona al Estado cuando está en función de los intereses individuales de los “poderosos”. En China, sin embargo, los derechos son asociados más comúnmente con las colectividades/comunidades y las peticiones hechas por la membresía de la comunidad frente al Estado.

La Vía Oriental de la Historia tiene sus inicios mucho más atrás en el tiempo que la de Occidente. A través de los milenios, la propiedad comunal o apropiación comunal del producto y la relación de la comunidad con la naturaleza, en Oriente no conduce a la propiedad privada[2]/individual sobre la tierra y el producto del trabajo sino a la apropiación comunal, que se ve más bien ampliada. Hasta hoy la propiedad de la tierra en China sigue siendo básicamente comunal (de propiedad Estatal general) lo que ha evitado la separación de la población campesina de sus tierras. En la línea occidental, se pierde el Bien Común en la históricamente rápida transición de la comunidad primitiva hacia la propiedad privada e individual. Esta se da junto con el surgimiento de la familia y la aparición del Estado para luego desembocar en la relación de explotación amo-esclavista/esclavo. Y en los modos de producción posteriores la explotación en Occidente sigue siendo una relación individual tanto en el feudalismo como en el capitalismo.

En la historia oriental, se conserva el concepto de lo comunitario social/estatal por sobre el concepto de lo individual. En la historia occidental, lo individual está por sobre el desarrollo de lo comunal (sociedad y naturaleza), lo subordina y “descompone”. Pero, para tener un abordaje integral que se necesita, para lograr el Bien Común de la humanidad se requiere la unidad de estos dos contrarios. Consideramos que, para lograr la transición hacia tal unidad, la vía más probable necesita e implica partir de una sociedad que prioriza lo comunal, para que luego pueda liberar y conducir todo lo individual, todas las individualidades que contiene y puede potenciar organizando. Esto sería difícil de lograr si partimos de lo individual, para luego potenciar y sobreponer lo comunal, la comunidad. Esto es muy claro en las vías históricas, la necesidad de los contrarios y la capacidad y necesidad que tiene la comunidad, de potenciar las individualidades para potenciar a la comunidad, que los contiene y conduce.

La misma historia milenaria en Oriente nos “revela” que surge una división social de trabajo entre una comunidad directora o superior, una especie de meritocracia encargada del desarrollo de las llamadas obras colectivas (generalmente hidráulicas) que suele fomentar el Bien Común de la comunidad como un todo. Sin embargo, el Bien Común ya no se define más de modo directo. Mientras dichas obras eleven la productividad de la tierra de las comunidades de base/pueblo, el Bien Común se verá confirmado de manera indirecta. En cambio, si las obras colectivas se orientan a la transferencia del Excedente mediante obras de culto en gran escala, estas obras no elevan la productividad de la tierra de las comunidades de base y el Bien Común se verá negado. Si las cosechas ya no alcanzan para “alimentar” a la población que suele ir en aumento, el hambre y una eventual hambruna deslegitimará a la comunidad directiva, a menos que amplíen las obras productivas. Y la subjetividad que legitimaba a la Comunidad Directiva Superior entrará en crisis y se debilitará, incluso podrá ser desoída y confrontada por la comunidad de base. Como suelen haber ciudades–estado no aisladas y en una relación de conflicto latente, una nueva comunidad superior (dinastía) aparece, eventualmente en otro lugar, dedicándose a las obras productivas y suele repetirse la historia a través del tiempo. Lo anterior significa que Bien Común y apropiación privativa (o explotación) no se excluyen en Oriente, sino aparecen juntos con un mayor acento sobre uno u otro en diferentes momentos del ciclo. Así de cíclica ha sido la historia oriental que por lo demás también prevaleció en la América precolombina y en África (Egipto). De ahí que suele ser llamado de una forma más precisa, como el modo de producción tributario. La historia maya ha sido el clásico ejemplo de la coexistencia de ciudades-estado sin hegemonía de alguna, contrario a la historia azteca, andina, egipcia o china, donde solía haber una hegemónica.

Estamos en 2021, ante la crisis sistémica del capitalismo en Occidente y un hibrido entre socialismo político con rasgos coexistentes del capitalismo en el ámbito económico real en Oriente. Nos preguntamos si es posible la síntesis de las dos vías contrarias. ¿Habrá una mejor vía trazable desde Oriente? Haremos un recorrido general por la historia oriental en particular para echar más luz a estas preguntas.

El largo camino de la Historia en general

La Comunidad Primitiva

El paleolítico es el periodo más largo de la existencia del Ser Humano. De hecho abarca más del 99 % de la misma y se extiende desde hace unos 2,59 millones de años (en África) hasta hace unos 12 mil años cuando entramos al Neolítico. En sus inicios, estamos hablando de pueblos primitivos recolectores, con caza o pesca menor. La comunidad en tanto organización social, económica y política es, a la vez, la relación de producción y la fuerza productiva en conjunto con las demás fuerzas naturales. La división del trabajo por sexo y edad al interior de la comunidad tiene carácter social-natural.  No hay posibilidad objetiva de una apropiación privativa, ni hay lugar para la individualidad. Uno es parte indisoluble de la comunidad y solo así existe.

La comunidad depende en elevado grado de lo que la Naturaleza misma ofrece y como máximo utilizan unos instrumentos de trabajo muy rudimentarios que, por lo demás, han de ser llevados de un lugar a otro, cada vez que cambian de sitio en busca de los nuevos frutos que ofrece la madre tierra. Por este motivo recorren-ocupan un territorio muy vasto. Dentro de dicho territorio una mujer con un recién nacido recorre 2.400 kilómetros en el primer año, 1800 en el segundo y 1200 en el tercero (Dierckxsens 1983). En otras palabras, no hay lugar para tener hijos seguidos ni para gemelos. El infanticidio es parte de la vida misma, así como el abandono de los ancianos improductivos. En promedio, las mujeres solían tener no más de 3 a 4 hijos. En este estadio, la comunidad encuentra que depende en absoluto de la naturaleza y solo manteniéndose como comunidad puede sobrevivir. Ante los ojos de estas comunidades, la Naturaleza adquiere fuerza sobrenatural, es decir, adquiere subjetividad.

Hablamos de bandas u hordas nómadas que para sobrevivir “operan” en comunidad.  La “banda u horda” suele tener entre 30 miembros como mínimo y 150 como máximo (Ibid). Si la población supera este número, las “bandas” suelen dividirse en al menos dos. A partir de entonces se desarrolla una cooperación ampliada entre bandas. De este modo, el crecimiento de la población suele elevar el desarrollo de las relaciones sociales de producción. Un desarrollo cuantitativo de la fuerza productiva natural de la población lleva, en otras palabras, a un cambio cualitativo en las relaciones de sociales de producción. Ninguna de las “bandas” tiene derechos exclusivos sobre el territorio que ocupan.

Generalmente, en estos tiempos antiguos, la densidad de población fue muy baja y era muy excepcional que se encuentren con otras bandas.  Competir por poseer el mismo territorio no es frecuente y de darse podría implicar una lucha a muerte y, en tal caso, el canibalismo no es la excepción. Ante los grandes espacios libres, la migración suele ser la regla. Los lazos entre las bandas consanguíneas se reafirman en el intercambio matrimonial. Allí donde predomina la recolección de frutos silvestres dicho intercambio suele ser matri-local y allí donde la caza predomina lo patri-local, aunque también existen comunidades donde ambos modos se dan.

En los encuentros entre bandas hay intercambio ceremonial de productos, tradición que reafirma los lazos de solidaridad y nada tienen que ver con el inicio del comercio o canje. Las bandas que han tenido más suerte con la apropiación de frutos naturales y/o caza tienen la obligación de compartir dichos frutos. Asimismo, hay intercambio del conocimiento o información obtenida. En síntesis, la apropiación del fruto de la tierra sigue siendo comunitaria, pero a partir de una comunidad y cooperación más compleja.

La aparición de un excedente: Del Paleolítico al Neolítico

El crecimiento de la población requiere y, a la vez, permite el desarrollo de otras fuerzas productivas. La subdivisión progresiva de la comunidad en una mayor cantidad de bandas (comunidades) entrelazadas entre sí por medio del intercambio matrimonial (comunidad ampliada), significa un salto cualitativo en el desarrollo de las fuerzas productivas sociales. La misma organización entre bandas permite el paso de la caza menor a la caza mayor y/o pesca mayor con redes, flechas, embarcaciones, a menudo también con una cooperación más extensa cazando animales de gran porte y peso (mamuts). La caza/pesca mayor genera un excedente más o menos permanente de alimentos que permite un cierto grado de sedentarismo (cambiando solo con el ritmo de las estaciones) y, por otro lado, obtienen una mayor movilidad (en embarcaciones) por vías fluviales. El sedentarismo a su vez permitirá el desarrollo de herramientas de trabajo que ya no han de ser cargadas consigo cada día[3].

Un mayor sedentarismo, sin embargo, implica una sobreexplotación de la naturaleza para los recolectores de frutos silvestres y se origina así en la edad de piedra una crisis ecológica, miles de años antes de nuestra era. Al moverse la población de lugar solo ocasionalmente, esto obliga a los recolectores a depender más del producto de la caza, generando una costumbre patrilocal en el intercambio matrimonial. La misma situación semi-sedentaria permite a la vez que las mujeres, a fin de salir de la “crisis ecológica”, siembren o trasplanten plantas frutales y semillas alrededor del hábitat estacional. Cuando regresa la comunidad meses después al mismo lugar, se distribuyen de nuevo las parcelas. En otras palabras, no hay siembra en parcelas propias. En otras palabras, la apropiación del producto de la tierra sigue siendo colectiva, comunitaria. Conforme se desarrolla una agricultura en un tiempo mayor del año, hay mayor sedentarismo y se reduce la migración y con ello la caza mayor entra en crisis. La sobreexplotación de la caza en un solo territorio significa una nueva crisis ecológica. Los hombres comienzan a depender en mayor grado del producto de la agricultura, cada vez más sedentaria de las mujeres. Al perdurar la situación, el intercambio matrimonial se torna otra vez matrí-local.

Un gradual desarrollo del sedentarismo a partir de una agricultura menos migratoria, obliga a salir de la crisis de la caza, pero también permite a la vez pasar de la caza mayor a la domesticación de animales. La domesticación del perro ya se desarrolló durante la época de la caza. La domesticación de otros animales, a su vez, permite un nuevo salto en el desarrollo de las migraciones. Con los animales domesticados como el caballo, el camello, el asno, etc., bandas completas con un rebaño pueden movilizarse en el espacio a otro hábitat. Lo anterior es el resultado de un crecimiento más rápido de la población que se produce en tiempos sedentarios. Así observamos como la humanidad pasa de una forma de nomadismo propia del paleolítico a una nueva modalidad de nomadismo gracias a la domesticación de animales, donde se traslada parte de una tribu con sus animales domésticos que sirven de sostén económico y/o como medio de transporte en el camino. Se mueven a otras latitudes donde pueden instalarse otra vez como agricultores o sostienen y siguen una vida nómada, manteniendo lazos con pueblos agricultores a través del intercambio de productos. De esta forma nacen los primeros pueblos intermediarios de la historia.

En una etapa posterior observamos la introducción del animal domesticado en la agricultura, en ese momento es donde la explotación de la tierra se puede hacerse de una forma más individualizada y en la misma parcela en el tiempo. No es la línea oriental de la historia, sino es particularmente la base para la historia europea en el último milenio antes de nuestra era. Significa un desarrollo particular en las fuerzas productivas, que permitió la individualización del proceso de sedentarismo y la consecuente propiedad privada sobre la tierra, proceso contrario a lo sucede con el Neolítico en Oriente.

La vía de desarrollo Oriental con el Neolítico

La cuna de civilización de la Mesopotamia se da en tierras de aluvión entre los ríos Éufrates y el Tigris, el neolítico de China se desarrolla en tierras del valle de Huango y la civilización egipcia en el valle del Nilo.  Lo que tienen las tres culturas en común es el control del agua, que implica obras hidráulicas cuyo desarrollo niega la individualización del proceso productivo y requiere más bien una cooperación colectiva que sobrepase la comunidad tribal. Las obras exigen el trabajo colectivo entre tribus, es decir una confederación de tribus.

Pero exige también una división social de trabajo no vista antes en la historia. Para realizar dichas obras ya no basta la sabiduría de los ancianos, sino que se requiere un trabajo de dirección y conocimiento que surge a partir de la experiencia obtenida por una comunidad en el camino de la prueba, el error y el acierto realizando pequeñas obras.

Por este camino de la experiencia adquirida se realizan luego obras más amplias donde sí se desarrolla una comunidad directiva que tiene el mérito de la experiencia. Lo anterior suele provenir de alguna tribu que ha hecho mayor experiencia a partir de obras de menor envergadura. El hecho es que, para una comunidad ampliada de varias tribus, se instala una comunidad directiva asumiendo el papel directivo en las obras, dirigiendo las comunidades de base/pueblo organizado. Este desarrollo se observa primero en Asia y Egipto, y más tarde en Mesoamérica y los Andes, pero siempre un milenio antes (1000 años antes) que se dé la Vía Occidental. Esta división del trabajo “lleva a” lo que suele llamarse (erróneamente) el Modo de Producción Asiático o el modo de producción hidráulico.

La cooperación ampliada para poder desarrollar la agricultura con obras hidráulicas transforma drásticamente la naturaleza, pero a la vez transforma la relación existente entre los seres humanos. El denominador común es la cooperación a escala ampliada de tribus, en lugar de la vía occidental hacia la individualización de las relaciones sociales de producción. En la vía oriental, hay conservación y ampliación de las relaciones comunales en la base/pueblo y eventualmente al interior de la comunidad directiva o superior. Surge, en otras palabras, una división netamente social del trabajo entre comunidad directiva y las comunidades de base/pueblo organizado. Cada comunidad de base contribuye en forma de trabajo para la realización de las obras colectivas y para ello han de dejar su propia comunidad por un tiempo determinado. Esto no implica necesariamente a toda la comunidad ni todo el tiempo, y generalmente suele desplegarse de forma rotativa. Las comunidades de base/pueblo organizado se turnan en prestar dicho servicio. Las comunidades que permanecen en su lugar han de aportar en especie. Lo que en un comienzo es cooperación voluntaria luego se institucionaliza y los aportes voluntarios se institucionalizan en la forma de tributo o impuesto. Las contribuciones en especie no solo conciernen materiales de producción para las obras mismas sino también para el sostén diario de la comunidad superior o directiva, así como para los trabajadores de las comunidades ocupados en las grandes obras.

La división de trabajo entre comunidades de base y la comunidad directiva significa el reemplazo de la gerontocracia (consejos de ancianos, los que más han realizado acertadamente) por una meritocracia (quien mejor repite la administración del plan), o sea, la pérdida de funciones de los jefes locales en el consejo de ancianos. Es en la comunidad directiva que se desarrolla y acumula el conocimiento de cómo controlar el agua para las tierras y sobre las inundaciones periódicas, a fin de saber cuándo es mejor sembrar y con ello su conocimiento sobre el calendario. La construcción de obras implica el cálculo de la cantidad de materiales requerida, de trabajadores para las obras, de víveres para el sostén de los trabajadores y la dirección. Con ello es que se desarrolla un sistema numérico.

La transmisión del conocimiento ya no depende de la memoria del conocimiento obtenido por los sabios ancianos en el transcurso de la vida o de dibujos en rocas para futuras generaciones, sino que exige ser transmitido dentro de un tiempo relativamente corto de una generación a otra, lo cual conlleva al desarrollo de una forma de escritura. La escritura a la vez unifica la lengua empleada en una confederación de tribus cada vez más amplia. El excedente tribal es sustituido por un tesoro central manejado por la comunidad directiva. Las primeras pirámides relativamente modestas tuvieron como función ser reserva del alimento básico (arroz, trigo o maíz, según la cultura) para afrontar las malas cosechas.

El Modo de Producción “Asiático”

La aparición del Estado Teocrático

La existencia de la comunidad superior es legítima mientras duran las obras productivas y el Bien Común solo se evidencia de manera indirecta. Si, una vez concluidas las obras productivas, la fertilidad de la tierra y el producto obtenido quedan a la vista de todos, el Bien Común queda manifiesto. Luego, siguen obras de mantenimiento que requieren mucho menos contribución en trabajo y especie que antes, y en el fondo podría reducirse la comunidad directiva o superior hasta que se demanden nuevas obras productivas. El retorno de los miembros de la comunidad superior a sus actividades de base después de tanto tiempo es un hecho que raras y pocas veces se ha producido. La subjetividad histórica hace que las comunidades inferiores brinden voluntariamente tributo al dios del sol, a otros y a los representantes de toda la comunidad superior ampliada (intermediarios-sacerdotes) ante dichos dioses. Pues, las comunidades de base-pueblo, históricamente han dado un carácter sobrenatural a las fuerzas naturales y no es de extrañarse que aparezcan pirámides de culto a los dioses como el sol, la luna, el agua, etc. Subjetivamente no existe producción o explotación de excedentes, aunque objetivamente ya se esté produciendo. De este modo nace el Estado Teocrático en China, Egipto, México o los Andes.

A partir de entonces, podemos hablar realmente de tributos en trabajo y especie para los dioses, y sus representantes en la tierra, que habitan en una ciudad-Estado donde se desarrolla la artesanía fina y el comercio con otras ciudades-Estado. Este desarrollo de la producción artesanal y del comercio, que se da entre ciudades-Estado, no retroalimenta objetivamente a las comunidades de base/pueblo. El crecimiento natural de la población de un pueblo sedentario es muy superior al de los pueblos nómadas, como ya observamos. En este contexto, no es extraño observar también una sobrepoblación relativa frente a las obras infraestructurales existentes, si estas no se expanden. El hecho es que, ante el hambre, por una mala cosecha o sobrepoblación relativa, la legitimidad de la comunidad superior es puesta en cuestión y discusión. Observamos aquí, en teocracias como Tenochtitlan (México), el sacrificio humano particularmente de mujeres jóvenes ante los dioses de la fertilidad. En apariencia se trata de un honor ser elegida, cuando en esencia es una política del Estado teocrático de resolver la sobrepoblación relativa. Si la comunidad superior puede retomar y retoma las obras productivas a la vez, entonces se vuelve a legitimar la meritocracia.

Es preciso entender que estas ciudades-Estado no solo se desarrollan en un lugar, sino que en realidad suelen emerger y desplegarse en diferentes lugares a la vez. Estas ciudades-Estado pueden coexistir entre sí, sin que necesariamente una domine a la otra. Esto consideramos especialmente en el caso de la cultura Maya alrededor de Guatemala. Lo anterior no significa que siempre hayan vivido en armonía y de hecho hay indicios de conflictos, pero aparentemente ninguna ciudad-Estado ejerció la dominación o hegemonía sobre las otras, conformando o imponiendo un imperio. Este no es el caso en Egipto, por ejemplo. Una ciudad-Estado con mayor desarrollo, se observa primero en el delta del Nilo con Menfis como Estado teocrático. Más adelante en la historia aparece Tebas ubicada más arriba en el delta del Nilo como estado dominante y hegemónico de Sur a Norte. Por su posición geográfica, tenía la capacidad de regular el flujo del agua en beneficio de su ciudad-Estado, a expensas de las culturas que se encuentran aguas abajo.

La integración entre ciudades-Estado implica aquí la subordinación voluntaria de ciertas ciudades-Estado que tributan al imperio y otras subordinadas por la fuerza. En el último caso suelen haber prisioneros de guerra que son sacrificados o empleados como esclavos en minas y canteras. La esclavitud, sin embargo, siempre fue una relación social secundaria en el Modo de Producción Asiático. Muchas veces la integración de un imperio significa la aparición de un dios único de la ciudad-Estado superior, o sea, suele aparecer el monoteísmo. El intercambio entre estas ciudades-Estado suele sustituirse, al menos en parte, por un tributo de las ciudades-estado inferiores a la superior. Las pirámides dedicadas al dios único y central suelen ser de una dimensión gigantesca.

Las ciudades-Estado centrales levantan pirámides ya no solo para brindar honor a sus dioses sino cada vez más a sus descendientes en la tierra, en este caso a los faraones a menudo presentados como descendientes de dios y ya no como representantes del pueblo ante dios. Así como los pueblos con agricultura-migratoria ya recordaban y honraban a los ancianos sabios después de su muerte enterrándoles con honores, así también los faraones quieren eternizarse en su grandeza en la a memoria de su pueblo construyendo para tal fin pirámides imponentes, creando una nueva forma de realizar obras de culto.

El Modo de Producción Asiático en China

Trabajo productivo e improductivo como ciclos sucesivos

Todas las obras de culto de grandes dimensiones se desarrollan a costa del abandono relativo de las obras productivas que junto con un crecimiento sostenido de la población causa hambrunas y rebeliones populares. La consecuencia suele ser que las ciudades-estado-vasallo se levanten y no dejen pasar buena parte de su tributo a la ciudad-estado central. La ciudad-estado central, es decir, la llamada monarquía (en términos eurocéntricos) cae en decadencia y las diferentes ciudades-Estado coexisten luego entre la paz y la guerra. Este fenómeno se ha dado particularmente en China y suele llamarse (con eurocentrismo) el Medioevo de China, confundiéndolo con las relaciones feudales. Son las comunidades las que tributan y no un siervo individual.

Lo que sucede en el Medievo es que los pueblos nómadas, que operaban como comerciantes entre las ciudades-estado, se ven enfrentados al hecho que escasean mucho los productos agrícolas que puedan comprar. En tales circunstancias es que suelen darse invasiones de pueblos nómadas y para liberarse del yugo de ellos una gran cantidad de ciudades-Estado suelen unirse una vez más. Tras unificar así su imperio en el 221 a.C., el primer emperador unifico también los pesos y las medidas, así como el sistema de escritura. Ordenó la tristemente célebre quema de libros, en la que se destruyeron escritos que no se ajustaban al modelo religioso y social del nuevo imperio. Ordenó la edificación de una gran fortificación a lo largo de su frontera septentrional. Pero la creación de murallas no fue en sí una novedad. De hecho, fue una política practicada en el período de los Reinos Combatientes, en cuya época el territorio chino se hallaba dividido en diferentes estados, aliados o enfrentados entre sí según las circunstancias. Estos reinos levantaron muros para defenderse de sus enemigos, pero, además, los situados en la parte septentrional edificaron defensas para protegerse de los ataques de los pueblos nómadas de las estepas del norte. Aprovechando las ya existentes, la tarea fue unirlas de modo tal que después de 9 años con la fuerza de un millón de trabajadores se formó La Gran Muralla, con una longitud de 5 mil kilómetros.

No hace falta decir que levantar la Gran Muralla, es una obra defensiva de una magnitud inimaginable, que representa una labor improductiva muy prolongada en el tiempo, que demando mucho tributo en especie, costeada por las obras productivas. La unificación de la Gran Muralla requirió un millón de trabajadores durante 9 años. Es cierto también que, después de un tiempo, el Muro permitió la reproducción ampliada de la economía al no recibir nuevas invasiones en las comunidades de base. Esto no es un beneficio a corto plazo para las comunidades. El comercio pudo florecer entre ciudades-estado pero no necesariamente en beneficio a las comunidades de base o pueblo organizado. No es extraño entender entonces porque la Dinastía Qin (221-206 aC) no pudo tener una larga vida. Una gran crisis y rebelión fue la consecuencia, lo cual significó la desintegración del imperio.

Una nueva unificación con nuevas mega-obras se da siglos después entre Norte y Sur de China. Mientras que los grandes ríos de China fluyen de oeste a este, la naturaleza no proporciona una comunicación fácil entre norte y sur. La construcción de un imperio más allá de las ciudades-Estado que estaban en el centro o el norte del país, sería imposible sin un medio de transporte ágil y sostenible para trasladar los tributos recaudados en el sur hacia el Norte y enviar tropas en sentido contrario. Esto fue el factor decisivo para construir el Gran Canal Imperial. El canal que en el siglo VII d.C. se construyó y que recorre China de norte a sur, mide casi 1.800 kilómetros. Su construcción con múltiples esclusas implicó un enorme trabajo y costo. Fue la ambición de Yangdi de construir además enormes palacios en Xianyang y convertir a sus antiguos enemigos en cortesanos. Para colmo inició la construcción de su mausoleo con los famosos Guerreros de Terracota. Fue todo este enorme costo improductivo (visto desde el punto de vista de las comunidades de base/pueblo organizado) lo que finalmente provocó la desintegración del imperio. La integración definitiva recién se produjo seis siglos después, cuando durante la dinastía Yuan (1279-1368) se concluyó el canal comunicando Hangzhou con la capital Beijing.

Una crisis se despliega al finalizar la construcción del Gran Canal Imperial bajo el emperador Yang Di (568-816). Hay una diferencia importante entre un trabajo defensivo como la Gran Muralla y el Canal Imperial. El trabajo de la Muralla indirectamente contribuye a la economía imperial en su conjunto, en tanto que detiene las invasiones nómadas que solían invadir también comunidades de base quemando viviendas y dejando a su paso muerte y miseria. El Gran Canal, con sus esclusas, una vez concluido contribuye a cobrar tributo de Sur a Norte y promueve el comercio entre las ciudades-Estado de un territorio enorme, es decir en beneficio de las élites, pero no mejoraba en nada la condición de los campesinos en sus comunidades. La dieta solía ser pobre y menos variada incluso que la de los pueblos recolectores y cazadores. No es extraño entonces observar que simultáneamente con cada trabajo improductivo de gran escala, el imperio nuevamente entra en crisis y se desintegra.

La integración y desintegración de los imperios es acompañada en el ámbito cultural estratégico por las escuelas de pensamiento. El Confucionismo es una doctrina que toma su nombre del famoso filósofo chino Confucio, que vivió entre los siglos VI a.C. y V a.C. Más que una religión, el confucionismo propone una serie de principios y normas morales para vivir la vida de forma espiritual y en comunión con el resto. Difundió una filosofía del gobierno centralizado, basada en el respeto de las cinco relaciones personales fundamentales (gobernante-súbdito, padre-hijo, esposo-esposa, hermano mayor-hermano menor, amigo-amigo) y las virtudes que debían acompañar a la persona de bien (rectitud, sentido de la justicia, lealtad, altruismo, humanidad). El pensamiento confuciano se afianzó a partir de la época Han, hasta convertirse en guía del imperio cuando el propio Confucio fue divinizado.

El taoísmo es lo opuesto del confucionismo (siglos IV-III a.C.), invocando el retorno a la naturaleza, cuando el imperio una y otra vez se desintegra. Es una filosofía que implica un retorno a las creencias más primitivas cuando practicaban el culto a la naturaleza y a los antepasados. La filosofía consiste en que solo hay que seguir el ‘tao’ (el “camino”), es decir, adaptarse a la naturaleza sin intervenir sobre ella, y “no actuar”, para no modificar el curso natural de las cosas.

El budismo actualmente es la filosofía que cuenta con más seguidores en China. Hace 2.000 años, la dinastía Han ordenó traer textos budistas y estudiarlos. Con el paso del tiempo, el interés por el budismo creció y se construyeron templos por todo el país.

La Histórica Ruta de la Seda

Las raíces históricas milenarias

El comercio entre las ciudades-Estado de China se despliega desde hace un largo tiempo. Hay evidencia de comercio y viajes de foráneos a la actual Chian (Xinjiang) incluso desde hace 2000 años antes de nuestra era. En el Reino Shang (1600-1046 a.C.) el jade era muy valorado e importaron jade desde un área de Xinjiang. En el primer milenio antes de nuestra era, ya se transportaba seda a Siberia a través de la rama norte de la Ruta de la Seda. Se encontró también seda en una tumba en Egipto, que data de alrededor del 1070 a.C. (novecientos años antes de su uso por los Romanos). Lo anterior sugiere que, en esta época temprana, la seda ya se comercializaba por la Ruta Sur en Eurasia. Muchos otros productos transitaban estas rutas: más antiguamente piedras como jade y metales preciosos, y más tarde telas de lana o de lino, ámbar, marfil, especias, vidrio, coral, etc. Un reciente descubrimiento del navío chino Nanhai I, prueba la existencia de una Ruta Marina de la Seda que se habría originado incluso doscientos años antes de la ruta terrestre.

Para el comercio terrestre en la Ruta de la Seda los animales domesticados fueron decisivos. En el 3200 a.C comienza a domesticarse el caballo en las estepas del sur de Rusia; 2500 a.C se había domesticado el camello árabe y el de la bactriana (localizada en el norte de Afganistán y el sur de Uzbekistán), y fueron decisivos para viajar por el desierto. Los antiguos pueblos nómadas usaban el caballo por la ruta norte y por el desierto se empleaban a los camellos. Los más destacados medios de transporte fueron los elefantes en la ruta hacia la India, que también comienzan a ser domesticados en el mismo tiempo que los camellos. Los pueblos nómadas viajaban en caravanas, pero rara vez cruzaban todo el continente asiático pues era común encontrarse con asaltantes. Los mercaderes intentaban buscar el precio más bajo en los mercados de su propio territorio y el más alto posible en el destino dentro de sus fronteras. Tratase de un intercambio de Valores de Uso por dinero y no de Valores de Cambio ya que se desconocía el trabajo que implicaba cada producto. Los mercaderes más aventurados solían cruzar fronteras hacia otros reinos vecinos, donde vendían sus mercancías a cambio de productos demandados y apetecidos en China. Para el mundo islámico, la Ruta de la Seda constituía una excelente fuente de ingresos y a menudo la principal base de su economía.

Con la desintegración del Imperio Mongol, alrededor de 1450 d.C, China se vuelca nuevamente sobre sí misma. En el mismo tiempo asciende el Imperio Otomano ocupando caminos de acceso importantes de Europa a Oriente. Europa al estar enfrentada entre sí, tanto en Constantinopla como en el Sur de España, dejó de tener acceso a productos chinos a través de la Ruta de la Seda. Es a partir de entonces que comienza el período de los llamados ‘Descubrimientos e Inventos Europeos’.

La era de los ‘Descubrimientos e Inventos Europeos’

En Occidente se supone que Cristóbal Colón descubrió América en 1492. Sin embargo, dieciocho años antes de levantar anclas, Colón tenía un mapa de América, hecho que registró en sus cuadernos de bitácora. El mapa lo recibió el papa Eugenius IV en 1434 de manos de una delegación china en Florencia (Ver Gavin Menzies, 2003). En 1515, cuatro años antes de que Magallanes zarpase, Johannes Shöner publicó un mapa en el que figuraba el estrecho «descubierto» por Magallanes. En 1419, antes incluso de que empezaran los viajes de exploración europeos, Albertin de Virga publicó un mapa del hemisferio oriental en el que figura el norte de Australia. Tuvieron que transcurrir 350 años más para que el capitán Cook «descubriera» aquel continente. El hecho es que China a principios del siglo XV tenía una enorme flota marina haciendo expediciones por el mundo (Ibid).

En Occidente, la invención de la imprenta moderna se asocia al nombre del alemán Johannes Gutenberg, alrededor del año 1440. Sin embargo, ya en el siglo II d.C. (más de mil años antes) los chinos habían desarrollado e implantado con carácter general el arte de imprimir textos. En el año 105 de nuestra era, el señor Tsai Lun, un empleado del emperador chino Ho Ti, fabricó por primera vez un papel, a partir de una pasta vegetal a base de fibras de caña de bambú, morera y otras plantas, dando origen al papel que conocemos hoy. El papel llegó a Europa mil años después, con las invasiones árabes en Sicilia y en España. La pólvora fue inventada en China para hacer fuegos artificiales y armas en el siglo IX de nuestra era. Los bizantinos y los árabes la introdujeron en Europa 300 años después (alrededor del 1200). Las primeras menciones al uso de agujas imantadas (brújulas) para la orientación datan del siglo XI y fue señalada por primera vez en Europa en 1187, por el inglés Alexander Neckham.

La historia más reciente de China

El Siglo de Humillación de China 1850-1950

 Entre el 1839 y 1860, las dos guerras de opio fueron realizadas. La guerra de opio fue producto de la balanza comercial negativa que tenía Gran Bretaña con China. Inglaterra vendía de contrabando opio para comprar productos chinos (seda, porcelana, té, etc.) y así poder evitar tener que pagar con las reservas de plata. Es mediante dos tratados al finalizar cada guerra del opio y una Convención posterior en 1898 que el Reino Unido obtuvo el control sobre Hong Kong por 99 años.

China fue invadida dos veces por Japón. Después de la primera guerra con el imperio japonés, China acepta la cesión de Taiwán, el Estado vasallo de Corea e islas en el mar entre China y Japón. Debido a ello se da una revolución en China que acaba con la última dinastía Manchú en 1911 y se funda la República China. En la segunda guerra sino-japonesa, Japón ya controlaba Manchuria y cayeron ciudades como Shanghái, Nankín y Wuhan. El ejército se retiró al interior y se negó a rendirse. Desde 1927 se desarrolló una guerra civil en China que concluyó en octubre de 1949. El enfrentamiento entre el Partido Nacionalista y el Partido Comunista terminó en octubre de 1949, cuando se fundó la República Popular China.

La República Popular China después de 1950

El argumento que la economía china habría “emergido” o “despegado”, solo después de la desaparición de Mao Zedong en la segunda mitad de los setenta y gracias a su “reorientación” y “apertura” al sistema mundial capitalista es un gran cliché euro-centrista.  Treinta años después de la recuperación de la soberanía nacional y del inicio del desarrollo económico mediante la industrialización, no exenta de grandes proyectos erróneos como el Gran Salto Adelante de fines de los cincuenta y la Revolución Cultural de los sesenta, China cambió el paradigma del modelo maoísta a partir de fines de 1978 con Deng Tsiao-Ping (Deng Xiaoping). Que impuso un modelo económico de capitalismo de Estado con creciente participación de las empresas privadas, llamado “Socialismo con Características Chinas”. No es solo que a partir de entonces hay un milagro económico en China (Ver Herrera Rémy y Long Zhiming 2017).

El Producto Interno Bruto (PIB) de China creció 6,3% entre 1952 y 1978, y 9,9% entre 1979 y 2015. La tasa de crecimiento económico de China, entre 1970 y 1979, fue del 6,8%, el doble de la de los Estados Unidos (3,2%) en el mismo período. Las tasas de crecimiento promedio del stock de capital productivo (equipos, maquinaria, edificios industriales, etc.) fueron de 9,7% para el período 1952-1978 y de 10,9% para el período 1979-2015. La tasa de crecimiento de los gastos de investigación y desarrollo (I&D) fue mucho mayor en el período 1949-1978 que en el siguiente de 1979 a 2015 y en promedio fue del 14%. En otras palabras, el nivel de desarrollo científico y tecnológico de China no es producto de los años recientes (por ej.: después de 1990) como nos quieren hacer creer algunos. Luego de un año de pandemia endémica en todo el mundo (2020-2021), China sale “golpeada” como todos los países, pero victoriosa en su control del virus. Su crecimiento económico se redujo, pero continúo positivo (alrededor del 2 % para 2020) y el Banco Mundial prevé que será del 7,9 % en 2021.

Es preciso saber que dicha “emergencia” no es transferible a otras formaciones sociales, como la India, por ejemplo, que no cuentan con ese período previo de desarrollo económico y menos aún en el campo de educación y salud. El acceso a la tierra para el campesinado es tal vez la contribución más valiosa del patrimonio revolucionario maoísta. Hoy en día la propiedad de la tierra sigue siendo colectiva/comunal, como hecho constante en la historia de China.  Ello ha evitado el proceso de desalojo de sus tierras o acumulación originaria y su expulsión hacia las grandes ciudades, fenómeno que si se observa históricamente en los países centrales y más recientemente en todos los países periféricos.

Las críticas en Occidente, y en especial desde las escuelas de pensamiento norteamericanas, se centran en dos temas. A nivel económico la persistencia e importancia de las empresas del Estado (SOE’s) y las regulaciones, controles, prohibiciones y subvenciones sobre las empresas privadas. El gobierno, mediante el Estado, mantiene el control directo de sectores estratégicos y un largo rango de industrias básicas, incluyendo las de infraestructura, transporte, telecomunicaciones, finanzas y los medios y nuevas plataformas de tele-comunicación digital. No es nada nuevo en el contexto histórico del país.

A nivel político, la crítica occidental refiere a la ausencia de “democracia representativa”, propio de la línea occidental que solo percibe poder hacer sociedad a partir del individuo y no partir de la comunidad. La imagen política de la democracia occidental se ha deteriorado mucho, ni hablar en EEUU a partir de las elecciones fraudulentas y la “ocupación” del Capitolio. Su democracia caracteriza al sistema chino como “autoritario”. Sin realizar ninguna autocrítica sobre el rol de las grandes transnacionales de la comunicación e información como Facebook y Twitter, que operaron como una “dictadura” o monarquía virtual en el proceso electoral en Estados Unidos de Norteamérica.

En Asia y particularmente en China, la visión es construir sociedad a partir de la comunidad, con una división social de trabajo entre la sociedad directiva basada en la meritocracia y las comunidades de base/pueblo. La democracia representativa tiene tradición en las comunidades de base. Todos los estudios de opinión, llevados a cabo por empresas de prestigio internacional, son coincidentes en que hay una alta satisfacción de la población sobre su sistema de gobierno.

En el estudio The China Model: Political Meritocracy and the Limits of Democracy (Princeton University Press, 2015), Daniel A. Bell sostiene que China representa un “modelo de gobernanza” distintivo que no es ni democracia liberal ni autoritarismo sino una “meritocracia política”.  Bell describe la lógica de este “modelo como un régimen bien adaptado a la historia, cultura y experiencia política de China”.

Se puede describir el modelo político de China como de tres niveles diferentes: democracia representativa en la base, experimentación en el medio y meritocracia en la cumbre. La constitución de 1982 definió el comité de residentes y autogobierno de la población en áreas rurales y pequeñas ciudades. Los dirigentes son elegidos por voto secreto y por 3 años acorde con la ley de 1998 y los electores tienen la facultad de separar a los elegidos en caso de mala conducta. En el proceso compiten personas, pero no partidos. La experimentación opera entre el nivel local y el central. El gobierno central evalúa la experimentación sectorial, regional de grandes áreas urbanas y si funciona bien en unos lugares extienden la experiencia a todo el país. En caso contrario se descarta por erróneo (Molino 2021). Esta aproximación de ensayo y error se desprendió de la práctica obtenida en torno a construcción de las obras colectivas, su experiencia milenaria.

Para acceder a la comunidad directora, a la meritocracia, existe una vieja tradición histórica reflejada en la filosofía confuciana. La meritocracia en tiempos imperiales reducía los potenciales servidores públicos para puestos ejecutivos. Hoy se accede a través de rigurosos exámenes para ingreso a la universidad. Para ingresar al partido incluyen además duras pruebas en ciencias, economía, política, historia, formación filosófica y evaluación de los valores morales del postulante. No se puede negar que existe algún grado de corrupción, práctica tampoco desconocida en Occidente.

La “democracia” de EEUU, se encuentra cada vez más sitiada y Biden maneja un añejo discurso de guerra fría sobre las “sociedades libres”, cuando la cibercracia de la IA (Vía Occidental) basada en las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft, Twitter), en el mismo seno de EEUU y también en el exterior, comete atropellos contra la libertad de expresión que recuerdan el medioevo censurador. Quien gobierna EEUU es el estado profundo globalista (deep state) mediante una coalición de GAFAM con el Pentágono, las agencias de inteligencia y el capital financiero globalizado. El sistema internacional controlado por EEUU no ha sido nunca “abierto” y ahora tampoco es estable. La Casa Blanca confiesa el fin del caduco orden unipolar al describir a China como el único competidor potencialmente capaz de combinar su poder económico, diplomático, militar y tecnológico para emprender un desafío sostenido contra su sistema internacional estable y abierto, que nunca fue abierto ni tampoco hoy estable (Jalife-Rahme marzo 2021). Llama poderosamente la atención que la Casa Blanca omita en forma obscena el liderazgo militar de Rusia, que con sus armas hipersónicas llevaría ya una ventaja de 20 años a EEUU.

Durante la importante sesión legislativa anual en Beijing el 2 de marzo, el presidente Xi Jinping se dirigió a los principales líderes del Ejército Popular de Liberación (EPL) y dijo al ejército que debe estar preparado para responder a los desafíos de seguridad cada vez más difíciles y complejos que enfrenta la nación con Taiwan. “La situación de seguridad actual de nuestro país es en gran parte inestable e incierta “, dijo Xi en el discurso (Durden, marzo 2021) que se produce dos días después de que el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, diera su propia advertencia a la misma asamblea  diciendo que Estados Unidos está “cruzando líneas” y “jugando” con fuego “sobre la soberanía china sobre Taiwán.

Mientras el presidente Trump estuvo en la Casa Blanca durante cuatro años, EEUU no inició ningún conflicto nuevo, pero ahora la administración Biden está decidida a proyectar la “influencia estadounidense” en todo el mundo una vez más. Literalmente, un día después de la inauguración de Joe Biden, un enorme convoy militar estadounidense  entró en el noreste de Siria y semanas después, Biden llevó a cabo  su primer ataque aéreo  contra las fuerzas respaldadas por Irán dentro de Siria.  El 5 de marzo, Rusia llevó a cabo un ataque aéreo en una instalación de carga de petróleo en Siria que es utilizada por las fuerzas mercenarias de la oposición respaldadas por Turquía, Arabia Saudita y la administración Biden-OTAN. En síntesis, Biden y el Globalismo necesitan una nueva guerra en el Medio Oriente y todo para frenar el avance de la Nueva Ruta de la Seda en Eurasia.

Grandes obras productivas de China en el Siglo XXI

La Nueva Ruta de la Seda

China, a diferencia de Occidente, ha puesto en marcha un proyecto planetario cuyo lanzamiento tiene por nombre la Nueva Ruta de la Seda[4], con la construcción de grandes obras de infraestructura tanto dentro de China como en todo el mundo. Impulsa, con el crédito del Banco Asiático de Inversión Internacional (BAII), inversiones en infraestructura por mar y tierra en Eurasia y en todo el mundo, con la finalidad de crear una economía mundial integrada por naciones soberanas unidas basada en la multipolaridad de sus relaciones estratégicas tanto socio económicas y socio políticas, que permitiría contener e integrar la pluriversalidad de intereses económico-materiales y visiones civilizatorias, religioso-culturales, políticas. En concreto se trata de gasoductos, oleoductos, supercarreteras, trenes de alta velocidad, puertos marítimos y aéreos, etc. Son inversiones que a mediano y largo plazo conectan-articulan-integran la economía mundial y una vez concluidas se manifiestan como inversiones re-productivas para la comunidad internacional como un todo. No es de extrañar que los europeos se apresuraran en aceptar la invitación de China de participar en el Banco Asiático de Inversión Internacional (BAII) y los ausentes más destacados hayan sido EEUU y, en específico Japón.

A solo dos días para finalizar el año 2020, la Unión Europea se disponía a realizar y realizó un último movimiento en el tablero de las relaciones internaciones del poder mundial (geopolítico mundial) cuando pudo decidir y definió por mirar y marchar hacia el Este (al Oriente) tomando distancia del Occidente anglosajón, al cerrar con China un gran acuerdo de inversiones entre los dos bloques, que llevaban siete años negociando. China y Xi Jinping de este modo asumen compromisos sobre transferencia tecnológica y que las empresas europeas puedan operar en el país asiático en las mismas condiciones que las demás empresas y ofrece transparencia en las subvenciones a las propias. El acuerdo se consolida y se hace público en un momento donde Biden ya se encuentra electo, pero aún no pudo asumir como presidente de Estados Unidos. En un marco general de crisis sistémica con un escenario particular de despliegue de la perestroika norteamericana, por la dinámica propia de la crisis política, social, cultural y estratégica. Por lo tanto, este acuerdo UE-China significa el primer choque frontal con EEUU y las fuerzas transnacionales Globalistas unipolares, que representa el binomio presidencial Biden-Harris.

Pero, además hay otro hecho de envergadura e impacto similar, apenas realizadas las elecciones el 3 de noviembre de 2020 en EEUU, y en un marco de turbulencia general y crisis política institucional por el llamado “fraude electoral”, China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda suscribieron junto con los diez países miembros de la Asean (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, integrada por Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Myanmar, Camboya, Laos y Brunei) un acuerdo para formar la mayor asociación comercial del mundo[5].

El acuerdo con la UE y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, en sus siglas en inglés) juntos representan una gran victoria para el proyecto de mundo multipolar con naciones soberanas que China, Rusia junto a muchos países latinoamericanos y africanos comparten. Además, un gran respaldo a la India multipolar de Modi. Y otro gran golpe para los intereses unipolares de los actores Globalistas y sus expresiones institucionales en Estados Unidos Biden y Harris. Estas dos movidas estratégicas se produjeron justo antes de las elecciones y de haber asumido la presidencia y en el marco general de crisis en que le toca asumir a la dupla presidencial.

La Asociación RCEP, que no incluye a Estados Unidos lo cual debilita particularmente la estrategia Unipolar Globalista, abarcará a 2.100 millones de consumidores y el 30% del PIB mundial, sin contar todavía el peso que adquiriría con la Unión Europea. Los globalistas se creían todopoderosos al poder imponer a sus candidatos en unas elecciones fraudulentas y manipuladas, creyendo y haciendo creer que controlar el gobierno y controlar el poder es parte de lo mismo, lo cual ya ha quedado manifiesto que de ninguna manera es lineal, porque se ven cada vez más sumidos en una crisis política integral como nuevo paso en la perestroika norteamericana y la crisis sistémica que ya hemos tratado. Pero, además, internacionalmente sufrieron un golpe de tal magnitud que les obligó a posponer la implementación del largamente planificado Gran Reinicio Globalista o Economic Reset, que anunciarían en el Foro Económico Mundial virtual. Donde los primeros dos oradores Xi Jinping y Ángela Merkel, justamente mostraron todo lo contrario ante el mundo. Mostraron su alianza para construir un mundo multipolar, posición reforzada por Putin en un momento posterior del mismo Foro.

La moneda digital china

Mucho se ha escrito sobre como el ámbito de la circulación (tener la moneda internacional de reserva y de intercambio internacional, el manejo de la banca financiera, etc.) logra subordinar el ámbito de la producción.  La Nueva Gran Formación Social Emergente[6] ha creado las condiciones para reinventar un sistema multi-monetario internacional sin subordinaciones de los países participantes y dejaría a las oligarquías transnacionales estadounidenses, al Dólar y a Estados Unidos en una posición cada vez más aislada. No hace falta afirmar que esta iniciativa contrasta con el desastroso lanzamiento del token Libra de Facebook, que se corresponde con la iniciativa transnacional globalista, después de que los socios corporativos fundadores (Amazon, Microsoft, Apple y Google) se dividieran por falta de confianza en el proyecto y en Zuckerberg (Facebook), y por temor a los reguladores federales de Estados Unidos.

El Banco Popular de China publicó, a fines de enero de 2021, un proyecto de ley que daría estatus legal al sistema de Pago Electrónico en Moneda Digital (DCEP), y por primera vez se ha incluido y definido al yuan digital como parte de la moneda fiduciaria soberana del país. Para este efecto, China consiguió la aprobación del protector del sistema de reserva en dólares, SWIFT. Por ello Beijing está a punto de convertirse en el primer país del mundo en lanzar una moneda digital con la aprobación del FMI. El sistema de pago transfronterizo de China, CIPS, se asocia y compite con el SWIFT, en medio de crecientes tensiones entre China y Estados Unidos. China espera que algún día el renminbi (nombre oficial nacional de la moneda china) pueda suceder al dólar como moneda de reserva global.

También los extranjeros podrán utilizar la moneda digital (el DCEP) en transacciones con China. China se ha centrado inicialmente en África a este respecto. Muchos países africanos no tienen monedas totalmente convertibles y el comercio mutuo con frecuencia se liquida en dólares estadounidenses. El modelo más nuevo del teléfono inteligente Huawei incluye una aplicación que permite el pago en DCEP sin necesidad de Internet. Actualmente, Huawei ya es un proveedor líder de telecomunicaciones en África.

La Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT), la red de liquidación de pagos más grande del mundo, ya ha experimentado una caída en las transacciones en dólares en sus lecturas más recientes. El debilitamiento del panorama fundamental del dólar se debe a la ampliación del déficit en cuenta corriente de Estados Unidos y al creciente déficit presupuestario. A medida que los sistemas globales de comercio y de pagos se alejen de un estándar de moneda única, el dólar estadounidense, a un marco de intercambio bilateral, los países que son los más productivos, más innovadores o que ofrecen los bienes y servicios más competitivos, como China, verán una mayor demanda de sus monedas. Este cambio se acerca y debemos estar preparados para el cambio que se presentará. El péndulo oscila en dirección a un nuevo mundo multipolar, hacia la Vía Oriental como punto de partida para integrar los aportes de la Vía Occidental podría decirse.

La Ruta de la Seda Digital hacia un mundo multipolar

La Nueva Ruta de la Seda no solo implica una inmensa infraestructura sino también y particularmente la Ruta Digital de la Seda. Durante las últimas cuatro décadas (de 1978 a 2018) hubo un intercambio desigual entre Estados Unidos y China, a expensas de esta última y a favor de la primera. China ha logrado reducir significativamente la importancia de este intercambio desigual y desfavorable para el país y ha logrado invertir la situación en los sectores económicos estratégicos.  En 1995, China tuvo que intercambiar cincuenta (50) horas de mano de obra nacional por cada hora de mano de obra estadounidense, cifra que se redujo en 2014 a siete (7) horas, es decir, a la séptima parte en menos de veinte años (Ver Herrera Rémy 2020). Actualmente hay doce sectores que están en el origen de transferencias de valores en sentido inverso, es decir, a favor de China y en detrimento de Estados Unidos.

Estas últimas actividades incluyen: la fabricación de productos informáticos, electrónicos y ópticos; agricultura y ganadería; actividades de caza y relacionadas con la caza; la fabricación de vehículos de motor y servicios de remolques y semirremolques, y la fabricación de productos farmacéuticos básicos y preparados farmacéuticos (IBID). Hemos de comprender la guerra económica que comenzó Trump con China en este sentido. Trump a menudo es desestimado a partir de estigmatizarlo al decir que esta “loco” pero, de hecho, tuvo la visión acertada cuando planteo que EEUU ya no se estaba beneficiándose en el comercio con China. Claro que esta no es la visión de los intereses transnacionales globalistas, dominantemente radicados y actuando en el mercado interno de la República Popular China.

Hace años que China compite y avanza en casi todos los sectores de alta tecnología con las empresas globales procedentes de Estados Unidos, de otras potencias y en general. A principios del tercer milenio (2000), Estados Unidos exportaba tres veces más que China en productos de alta tecnología a los mercados mundiales. Luego, Estados Unidos se convirtió en un importador masivo de dichos productos hechos en China, que antes producía en su país y ahora exporta desde China principalmente y otros países, generando una balanza comercial cada vez más negativa para la economía nacional norteamericana. Pero, para China también existe un aspecto importante a considerar y para preocuparse en esta cuestión.  La cuestión es que para una economía basada en la exportación de bienes manufacturados a bajo precio, cuyo mercado es tan amplio como el planeta, reproduce y requiere de masas de trabajadores cuya mano de obra, fuerza de trabajo o comunidad de base/pueblo se encuentra en una participación o apropiación muy baja del volumen de bienes y de valor que produce en general.

La redistribución exigua del excedente hacia la comunidad de base-pueblo contradice las bases mismas del modelo. La solución para la re-distribución del ingreso se limitaría al proyecto de desarrollo económico del país con énfasis en las exportaciones. Tarde o temprano (y más vale temprano) China tendrá que incrementar la participación de la comunidad de base en la riqueza socialmente producida, volcarse más hacia adentro potenciando el consumo de su comunidad de base, lo que de alguna manera ya se da a partir de la guerra económica de EEUU desplegada por Trump, con su estrategia general de re-desarrollo nacional denominada “United States first”, enfocada básicamente a frenar el avance tecnológico de China, enfrentado a la estrategia de la China multipolar.

La revisión del borrador del 14º Plan Quinquenal de China de 2021, no solo llega hasta 2025 (Made in China 2025 permanece vigente), la planificación se plantea los objetivos del proyecto Visión 2035 (lograr la “modernización socialista básica”). El objetivo clave a vigilar es la “prosperidad común” (o, mejor aún, la “prosperidad compartida”), que se implementará junto con las innovaciones tecnológicas, el respeto por el medio ambiente y abordará plenamente la “cuestión rural” (Escobar, 06.03.2021).

El enfoque clave es la política de “circulación dual”, cuya mejor definición, traducida del mandarín, es “dinámica de doble desarrollo”. Eso significa un impulso concertado para consolidar y expandir el mercado interno mientras se continúa impulsando el comercio / inversión extranjera, como en la miríada de proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI). Conceptualmente, esto equivale a un equilibrio bastante sofisticado y probablemente a costa de las exportaciones a Occidente, Xi ha sido inflexible: hay demasiada desigualdad en China – disparidades de ingresos regionales, urbanas y rurales. Xi señala que, en menos de dos décadas, China logró sacar de la pobreza a 800 millones de personas. En los últimos 10 años, el PIB aumentó un 150%, de $ 6 billones a $ 15 billones. No menos de 99 millones de habitantes rurales, 832 condados y 128.000 aldeas rurales lograron salir de la pobreza absoluta. Hoy 1.300 millones de personas en China tienen algún tipo de seguridad sanitaria y 1.000 millones disfrutan de algún tipo de seguridad social: una primicia absoluta en la Historia.

Sobre política exterior, Li (Relaciones Exteriores) no pudo establecer un contraste más marcado con el Hegemón: “China seguirá una política exterior independiente de paz” y “promoverá la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales” (Escobar op.cit). El enfoque es fortalecer las relaciones comerciales / de inversión / financieras con la Unión Europea, ASEAN, Japón y el Sur Global. Occidente atlantista y especialmente EEUU, impulsado por la férrea certeza sobre sus valores —entre el muy degradado concepto de “auténtica democracia”, no tiene idea de qué hacer con los valores chinos. En última instancia, Occidente no está interesado en comprender a China. Reina el sesgo de confirmación; el resultado es China como una “amenaza para Occidente”.

Sobre la base de la frenética actividad de las redes sociales, la confianza de la opinión pública en el liderazgo de Beijing sigue siendo sólida, considerando una serie de factores. China ganó la “guerra de la salud” contra Covid-19 en un tiempo récord; el crecimiento económico ha vuelto; se ha erradicado la pobreza absoluta, según el calendario original; el estado-civilización está firmemente establecido como una “sociedad moderadamente próspera” 100 años después de la fundación del Partido Comunista. El proceso sistémico en juego es, según Escobar, como una mezcla sofisticada de marxismo internacionalista con confucianismo (privilegiar la armonía, aborrecer el conflicto): el marco para la “comunidad con un futuro compartido para la humanidad”. Un país, en realidad un estado-civilización, centrado en su renovada misión histórica como superpotencia reemergente.

La pugna por el liderazgo en el 5G es una pugna por la dominación en el terreno del Grandes-Datos (Big-Data), estos son los verdaderos motivos que subyacen en la guerra comercial que Biden mantendrá, probablemente, también con Pekín. El motivo es claro: quién controle la red 5G controlará, con Inteligencia Artificial, la producción de los Grandes-Datos (Big-Data) y luego podrá conducir el proceso de la producción social, económico, político e ideológico-cultural. Y la empresa china Huawei ha tomado la delantera en el desarrollo del 5G y el “Big Data”. De consolidar su posición actual, Pekín (Beijing) bien podría “direccionar” el futuro de la humanidad para impulsar y sostener una transición hacia el multipolarismo comunitarista, hacia un pos-capitalismo financiero. Esto implicaría necesita un diálogo pluriversal de civilizaciones y de naciones soberanas unidas.

La Opción Oriental por una Nueva Civilización

Es una ley de la economía política que un aumento en la composición orgánica del capital presiona como tendencia la tasa de ganancia a la baja. En otras palabras, la carrera por la “renovación” tecnológica conlleva una rotación cada vez más grande de maquinaria, edificios, etc., la cual implica un alza permanente en los costos de Innovación y Desarrollo (I+D) para la producción manufacturera del país. Estos costos son cada vez más difíciles de transferir al producto final, lo que hace que la tasa de ganancia del capital productivo muestre una tendencia a la baja. Esto no solo es cierto en Occidente donde impera el capitalismo, sino también se aplica para China en el ámbito de la empresa privada. Ante el descenso de la tasa de ganancia en el ámbito de la empresa privada, China tiene la opción que en la planificación económica ya existía. Prolongar la vida media de la tecnología y los edificios.

Al prolongar la vida media, los costos o el tiempo de trabajo necesario para reemplazar la tecnología bajarían y en una economía comunitaria-solidaria no es obstáculo tener empresas con diferentes niveles de tecnología. Al hacerlo en el capitalismo, la empresa estaría condenada a desaparecer, lo que significa destrucción de capital y riqueza. Una economía comunitaria-solidaria puede desplegarse también en países de Occidente en tanto se integren al proyecto de mundo multipolar, hecho probable ante un escenario de exportación y mundialización de la crisis sistémica provocada por las transnacionales globales en Estados Unidos.

En la actual coyuntura internacional, aquellos países alineados con el proyecto de mundo multipolar tienen la opción de priorizar la satisfacción de necesidades reales y de las colectivas, por sobre o despotenciando los deseos de consumo inducidos y creados e “instalados” como necesidades individuales, por publicidad basada en inteligencia artificial. Desde el punto de vista del contenido, esta política significaría un ahorro en recursos y trabajo que pueden ser redirigidas para la satisfacción de las necesidades de las mayorías populares o la comunidad de base/pueblo, hoy excluidas. Es además la única opción que permitiría que la naturaleza pueda quedar liberada de la sobreexplotación por programación artificial del ciclo de vida útil de los bienes por la planificación de la “obsolescencia programada”, por el proyecto Unipolar financiero globalista.

Ya desde los años noventa, académicos e investigadores como Paul Cockshott y Allin Cottrell han contestado solventemente todas las críticas procedentes de la llamada “economía de mercado”, particularmente de la marginalista  y de la escuela austriaca, asegurando y demostrando que el nivel tecnológico que existe actualmente con la Inteligencia Artificial –IA- elimina cualquier tipo de impedimento técnico –reforzando que la cuestión política es la clave- para planificar una economía de modo comunitario poscapitalista y eficaz. En esta línea, sendos autores en base a sus análisis aportan dos razones fundamentales para sostener sus postulados. Primero, porque con el nivel tecnológico actual en base a la Inteligencia Artificial y la robotización existen las capacidades para solucionar los más complejos sistemas de ecuaciones simultaneas para la planificación económica de alta complejidad.

Segundo, porque la información significativa para organizar una economía no es tácita ni tampoco subjetiva como la economía vulgar afirma. En otros términos, si en el sistema capitalista los precios de mercado gravitan en torno a magnitudes objetivas -tiempo de trabajo socialmente necesario-, entonces en una economía comunitaria poscapitalista se pueden calcular de forma directa los tiempos laborales de los distintos bienes sin necesidad de incorporar el dinero como una variable imprescindible. Inclusive el componente “subjetivo” de la demanda podría ser incorporado a la planificación mediante información no enajenada obtenida en torno a necesidades y preferencias comunitarias e individuales mediante el Complejo de Inteligencia Artificial. Los desequilibrios en las cadenas de producción se podrán solucionar con una retroalimentación (“feed back”) informativa hacia las unidades de producción. En otras palabras, una economía planificada en tiempos de la inteligencia artificial en definitiva sería más eficaz que un poscapitalismo que se refugia en proyectos improductivos para sostener la ganancia a toda costa.

Al poder sustituir la competencia individual y, lo que es peor aún, la “competencia planificada” de las transnacionales financieras globales por la planificación solidaria comunitaria se hace factible una mayor descentralización en la producción y que cada nación y región produzca todo aquello que pueda producir sin tener que abastecerse con tales productos importándolos de fuera. De esta forma se descentraliza la democratización en el proceso de toma de decisiones acerca de qué y cuánto se produce y para quién se produce. Hablamos, al fin de cuentas, de una democratización económica, fuente indispensable para una democratización política y social integral. Los productos, bienes y servicios, que no se pueden producir a nivel regional, se realizaran en un escalón superior con definiciones de representantes (donde funciona la meritocracia electa/elegida) de las comunidades de base-pueblo, formándose así una pirámide de “toma de decisiones” desde la comunidad de base en el llano social hacia la comunidad directiva.

La Nueva Ruta de la Seda multipolar está sumando e incluyendo a una cantidad cada vez mayor de naciones y regiones, conforme las opciones del Unipolarismo Globalista (ver Anexo 1 al final de este documento) a la actual crisis mundial ofrece solo perspectivas de exclusión, guerras y muerte para las comunidades de base-pueblo. El proyecto multipolar y la Nueva Ruta de la Seda fue propuesto y propagado por Xi Jinping en su intervención inaugural del Foro Económico Mundial en enero de 2021 y aplaudido en la segunda intervención por la canciller Ángela Merkel, afirmando que la Unión Europea quiere ir por el camino del multipolarismo. El resultado de las intervenciones anteriores fue que los globalistas como Biden, Blackrock, los Big Five de la IA (Facebook, Twitter, Microsoft, Apple, Google, etc.), etc., se encontraron frente a la realidad de tener que posponer sin fecha o abandonar la decisión de plantear el Global Economic Reset (Gran Re-Inicio Globalista) como tema central del Foro, tal como estaba planificado desde el año 2018. Este hecho muestra la derrota del proyecto del globalismo unipolar en sus objetivos estratégicos, que estaban planificados para ser descriptos como logros y lanzar su nueva fase en el principal foro mundial en 2021.

Bibliografía

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Anexo I

El Conflicto US-China en la nueva fase de la globalización

(El conflicto US-China: nueva fase de la globalización, Osvaldo Rosales, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile. https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0719-37692019000100097)

Para entender el contexto de esta disputa es importante comprender la visión de largo plazo que define las políticas chinas. Los objetivos del actual “sueño chino” fueron definidos por el XVIII Congreso Nacional del Partido, en relación a dos importantes centenarios: el de la fundación del Partido en 2021 y el de la Nueva China en 2049. De este modo, las metas serían “para 2020 duplicar el PIB y el ingreso per cápita rural y urbano respecto de 2010, cumpliendo así con la construcción de una sociedad modestamente acomodada y, para mediados de siglo, concluir la transformación de China en un país socialista moderno, próspero, poderoso, democrático, civilizado y armonioso, haciendo así realidad el sueño chino de la gran revitalización de la nación china” (Xi, 2014: 70).

De este modo, al cumplir el “sueño chino” se estaría viviendo el “retorno a la normalidad histórica”, es decir, al momento en que el Reino del Medio ocupaba un lugar central en la economía mundial. Este largo período habría sido interrumpido por el “siglo de la humillación”, iniciado con la Guerra del Opio en 1841 y solo concluido en 1949 con la gestación de la República Popular China. Un siglo más, desde 1949 a 2050, estaría demorando entonces este “retorno a la normalidad histórica”, con China en el epicentro de la economía mundial.

Esta mirada larga ayuda a entender los límites y posibilidades del accionar chino en su debate con EE.UU. Puede haber flexibilidad y búsqueda de acuerdos, pero difícilmente se abandonarán los pilares de este sueño. En mi opinión, la estación final de 2050 tiene una estación intermedia en 2025, con la iniciativa Made in China 2025.

La propuesta “Made in China 2025” surgió en octubre de 2015 y busca fortalecer la innovación y el desarrollo de las nuevas tecnologías, focalizándose en tres objetivos: i) que la industria manufacturera consiga ascender en la jerarquía tecnológica de las cadenas de valor; ii) transformar a China en potencia tecnológica, y iii) reestructurar el sector industrial, elevando su eficiencia, calidad y capacidad de innovación.

El programa contempla tres fases: i) en 2025, reducir la diferencia tecnológica con los países líderes; ii) en 2035, fortalecer la posición tecnológica de China, y iii) en 2045, liderar la innovación global.

Los principales instrumentos que se privilegiarán serán: i) reestructurar la industria manufacturera, mejorando en eficiencia, calidad, estándares, automatización y uso y creación de nuevas tecnologías; ii) promover la innovación, la propiedad intelectual y el desarrollo sostenible, y iii) facilitar la fusión y reorganización de empresas.

Esta propuesta busca enfrentar la desaceleración en la productividad y en la tasa de crecimiento económico, en la caída en la tasa de expansión de la fuerza de trabajo —dado el efecto de la política de “un solo hijo” en la transición demográfica— y el incremento en el costo de la mano de obra vis a vis la competencia de otras economías asiáticas de menores ingresos, como Vietnam e Indonesia.

En palabras del Primer Ministro Li Keqiang, “el crecimiento debe converger de una era de velocidad a una era de calidad”. Para ello se busca reforzar el vínculo entre industrialización e informatización, incorporando masivamente a la gestión industrial la robótica, Internet de las Cosas, Big Data; e-cloud y la Inteligencia Artificial.

El plan “Made in China 2025” apuesta a 10 sectores:

• Nuevas tecnologías avanzadas de información.

• Robótica y máquinas automatizadas.

• Aeroespacio y equipamiento aeronáutico.

• Equipamiento marítimo y barcos de tecnología avanzada.

• Moderno equipamiento ferroviario.

• Vehículos con nuevas energías y su equipamiento.

• Equipos de energía; eficiencia energética.

• Equipos agrícolas.

• Nuevos materiales.

• Biofarma y productos médicos avanzados.

En cada uno de estos 10 sectores, se trabajará en 5 áreas:

• Formar Centros de Innovación.

• Promover la Fabricación Inteligente.

• Fortalecer la infraestructura industrial compatible con las nuevas tecnologías.

• Generar empresas de fabricación sustentable.

• Producir equipos de alta gama.

Así, por ejemplo, se aspira a crear 15 nuevos Centros Nacionales de Ciencia y Hub de Innovación Tecnológica para 2020 y contar ya con 40 de ellos en 2025. Por cierto, esto supone un gasto considerable. Al respecto, la OCDE estima que, medido en dólares, ya en 2019 China será el país con mayor inversión en I&D, superando a Estados Unidos. En el 2020, China estaría asignando un 2,5% del PIB al gasto en I&D.

Este es el contexto en el que se desenvuelve la denominada “guerra comercial” entre EE.UU. y China. No es, entonces, una diferencia estrictamente comercial, si bien la incluye, pero va mucho más allá y será bastante duradera.


[1] Además, “Vende” su fuerza de trabajo individual cuando la realidad lo que produce en cooperación con los otros trabajadores (en un número mayor o igual a 5) es una fuerza social de producción que supera ampliamente lo que produciría la fuerza de trabajo individual.

[2] Propiedad Privada es la capacidad de hacerse propio (apropiarse) de un bien, privando o excluyendo a otros del mismo o por sobre otros.

[3] El Mesolítico es el término que se utiliza para resumir el período de la prehistoria que sirve de transición entre el Paleolítico y el Neolítico con pueblos básicamente nómadas, con asentamientos estacionales de invierno y campamentos de verano. El Neolítico se caracteriza por el desarrollo de la economía productiva (implantación de la agricultura y la ganadería), el sedentarismo y aparición de los primeros poblados.

[4] New Route of the silk NRS; OBOR (One Belt One Route); BRI (Belt and Route Initiative); Yidai Yilu en chino.

[5] El 15 de noviembre del corriente se firmó de manera online el acuerdo de la Asociación Económica Integral Regional (en inglés Regional Comprehensive Economic Partnership – RCEP), acuerdo que incluye a China, Corea del Sur, Japón, Australia, Nueva Zelanda, y los diez países que conforman la ASEAN, la principal organización regional del Sudeste Asiático. Considerando el peso económico de sus adherentes, el RCEP establecerá al momento de su entrada en vigor un mercado de aproximadamente de 2,285 billones de habitantes o cerca del 30% de la población mundial, con una clase media creciente que rondará los 970 millones de personas, un bloque con un PBI combinado de más de US 26.2 trillones o más del 32% del PBI del planeta, por arriba de la Unión Europea y el Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (en inglés United States-Mexico-Canada Agreement – USMCA). Por medio de lo acordado en sus 20 capítulos, 17 anexos, y 54 cronogramas de compromisos, se desgravarán eventualmente aranceles en más del 90 por ciento de los bienes comerciados entre los países en un plazo aproximadamente de 20 años, lo que a su vez impulsará más el comercio y los flujos de inversión hacia y dentro de la región, potenciándose así la importancia de los países del Este Asiático en las cadenas globales de valor. https://www.iri.edu.ar/index.php/2020/11/20/firma-del-rcep-una-victoria-de-china-un-exito-de-la-asean-y-un-golpe-al-asia-pacifico/

[6] Geopolítica, Inteligencia Artificial y Poscapitalismo. Wim Dierckxsens y Walter Formento. 19/07/2019. En manos de las élites oligárquicas globales, toda innovación tecnológica se transforma en un arma dirigida contra la clase trabajadora, los pueblos y las naciones. https://www.alainet.org/es/articulo/201097

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El CIEPE es un espacio creado en el año 1995 con el objetivo de producir conocimiento que aporte a la resolución de las tareas históricas nacionales y latinoamericanas. El objetivo fundamental de sus actividades es promover la investigación, el estudio y el análisis, produciendo bases de datos, para el desarrollo de contenidos, la construcción científica del conocimiento y su divulgación permanente. Forma parte de la Red de Centros de CLACSO. Su director es Walter Formento.

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