Elecciones en Estados Unidos: en el marco de la Guerra civil y la Perestroika

Por Walter Formeno y Wim Dierckxsens

Introducción

El 8 de septiembre de 2022, India y China anunciaron que sus ejércitos habían comenzado a retirarse de su línea fronteriza, un paso en firme para poner fin al enfrentamiento, “agitado” por los intereses unipolares desde mayo de 2020. Con esto se obstaculiza y/o bloquea la réplica del escenario Rusia/OTAN en Ucrania en Asia, tal como la OTAN tenía en “mente”. Mientras, sesenta y ocho países en el Foro Económico Oriental (EEF), con participantes empresariales y gubernamentales, se reunieron en Vladivostok para trazar políticas y proyectos para la integración multipolar de Eurasia. 

Ambos acontecimientos se dan días antes de la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), centrada principalmente en cuestiones de seguridad regional, cumbre que tiene lugar en Uzbekistán, a la que asistirán tanto el primer ministro Narendra Modi –India- como el presidente chino Xi Jinping -China. La integración y cooperación del proyecto multipolar, tanto en términos económicos como de seguridad, está dando pasos en firme y las contradicciones internas pasan así a segundo plano.

En esta situación internacional se presentan las elecciones de mitad de mandato en EEUU, con contradicciones profundas entre demócratas y republicanos. Se disputarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 escaños del Senado. The Economist (Revista de los señores de Davos y la OTAN) espera ampliamente que las elecciones intermedias de Estados Unidos, el 8 de noviembre, traigan amargas noticias para los demócratas. Dada la alta inflación y los bajos índices de aprobación de Joe Biden, esta elección podría ser especialmente desastrosa para los demócratas que esperan perder el control de la Cámara y del Senado.

Estados Unidos 2022: Elecciones o batalla electoral

Las elecciones intermedias de EEUU serán decididas en buena medida por la influencia creciente que se despliega en relación a la figura de Donald Trump (según plantean los sistemas de comunicación en EEUU). Es inusual que un expresidente desempeñe un papel tan importante en las elecciones, luego de dejar de serlo. 

Trump ha jugado muy fuerte, ha respaldado a candidatos que le son leales y ha rechazado a los otros.  El logro singular de Biden (Partido Demócrata), es tener el índice de aprobación más bajo de cualquier presidente en ejercicio desde la década de 1950, cuando Estados Unidos era aún la locomotora industrial más pujante del mundo y arrastraba al mundo hacia adelante, hasta 1971-73 cuando su locomotora industrial consolido su diversificación tricontinental (EEUU/Europa Occidental/Japón) y, por lo tanto, empezó a chocar con todo proyecto nacional.

Hoy, el alto costo de la vida ha debilitado la buena voluntad incluso de los demócratas, que ya se preparan para ver contundentes “pérdidas” en las elecciones. En la población en su conjunto, incluyendo a los demócratas, el 67 % piensa que la economía va mal, el 78 % cree que el país va en la dirección equivocada y el 64 % de los demócratas quiere otro candidato presidencial para 2024. Este estado de ánimo debilita la mayoría de las ambiciones restantes de la administración Demócrata.

Es un hecho que conforme se acerca el día electoral del 8 de noviembre, los hechos muestran divergencias cada vez más agudas entre republicanos y demócratas. En el EEUU parecen darse ya todos los elementos necesarios para una “explosión socio-política violenta”. La incursión del FBI en Mar-a-Lago (la residencia de Trump) solo añadió gasolina al fuego. Cuando, el 1 de septiembre, Biden prácticamente le declaro la “guerra” al Trumpismo, dos días después Trump llamó a Biden enemigo del Estado. Confirmando la situación que ya está en boca de todos. En 2019 una encuesta de la Universidad de Georgetown ya había preguntado a los encuestados cuán posible veían una guerra civil en EEUU, en una escala de 0 a 100. La media de sus respuestas afirmativas fue de 67,23 puntos. Los grandes conglomerados de comunicación, asociados a Davos y la OTAN, son quienes hablan de la posible guerra civil. Para el 11 de septiembre, YouGov/Economist (iniciativa globalista) presentó los resultados de una nueva encuesta sobre la guerra civil, contrastando opiniones demócratas vs las republicanas. Por ello, nuestra pregunta en este artículo es: ¿Quién necesita y promueve la guerra civil como proyecto político en EEUU?

Las contradicciones al interior del Partido Republicano

Tras el “asalto” al Capitolio del 6 de enero de 2021, por parte de miles de “seguidores” de Trump, en Washington hubo 10 congresistas republicanos que votaron entonces a favor de enjuiciarlo políticamente junto a la iniciativa de los Demócratas Globalistas. Luego, en las elecciones primarias para noviembre de 2022, cinco candidatos (Wisconsin, Connecticut, Ohio, Washington y Wyoming), que contaban con el apoyo de Donald Trump, se impusieron ante sus rivales en agosto en las elecciones primarias del Partido Republicano y otros cuatro rivales simplemente terminaron su período.

La representante por Wyoming, Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney (2001-2009), al igual que su padre pertenece a la línea anti-Trump de los republicanos –NeoCon- miembros del Congreso. El éxito principal de los potenciales Senadores MAGA –Make America Great Again- ha creado mayores presiones para los Neocon con Mitch McConnell. Este líder de la minoría republicana del Senado, “socio” de los demócratas globalistas y enconado opositor de Trump, opinó que las elecciones al Senado serían difíciles para los republicanos por su supuesto bajo perfil. 

Durante mucho tiempo ha sido el capo de la política republicana. Su crítica a la «calidad» de los candidatos de Trump le ha valido fuertes reproches públicos del senador de Florida Rick Scott, una figura política con la ambición y los recursos financieros para amenazar a McConnell para presidir el Senado. Mitch McConnell, su súper PAC ha invertido decenas de millones de dólares en estas elecciones internas y procurará que sus referentes se impongan a los de Trump. Estos hechos muestran tanto la feroz y decisiva interna en el partido republicano como el decisivo y rápido giro del Partido Republicano, y su base socio electoral, hacia el espacio MAGA del Trumpismo. Dejando en posición de debilidad a los republicanos Neocon, que vienen siendo “socios” de los demócratas (Clinton-Obama-Pelosi-Harris) en el despliegue del proyecto Globalista de Davos/Otan.

Ron DeSantis, el gobernador de Florida, aliado político de Trump (2017-2021), se ha asegurado el segundo puesto con una popularidad que ya compite con Trump (24% contra 51%, respectivamente), en tanto candidato republicano para las elecciones de 2024. Su retórica es del estilo de Trump en una política estatal, con la particularidad en atacar el estilo impositivo demócrata en el campo de la salud del Dr. Fauci. En otras palabras, con DeSantis como segundo candidato republicano para 2024, esto sumaría a la formula a pesar que hoy aparezca como un feroz opositor de Trump.

Creciente Contradicción entre Demócratas y Republicanos

‎La extralimitación de Biden en su discurso del 1 de septiembre de 2022, en un marco -muy extraño-, acusando no solo a Trump sino al partido republicano como terrorista, ha llevado a la caída de la máscara del poder ejecutivo. Deja expuesto, que ya no hay lugar ni espacios para la decisión ni la pretensión de gobernar para y con todos los estadounidenses. La fuerza bruta y la abolición de las normas de gobierno, como la fachada de una Corte Suprema políticamente independiente, el control estatal de las elecciones o el papel del filibustero en el Senado, ahora todo es aceptado por la fracción globalista unipolar financiera (Davos/OTAN) del partido demócrata en pos de imponerse.

Incluso, existe todo un movimiento del Partido Demócrata dispuestos a utilizar cualquier “medio” para lograrlo y la consigna se resume en: «Atrapar a Trump». Los artículos, que ahora aparecen en los principales medios de comunicación globalistas –CNN/NYT/CBNC-, exigen derechos más allá de la ley en nombre de «Parar a Trump». “La democracia está en juego”, según afirman. Incluso, los intereses globalistas (Davos) están preparados para sacrificar los derechos constitucionales, las libertades civiles, los principios y el estado de derecho con tal de “Parar a Trump”. Toda una muestra de las formas y modos que asume la guerra civil en EEUU en esta etapa.

Con el objetivo de “voltear a Trump”, todo vale. Así como los republicanos macartistas desde 1950, estaban dispuestos a destrozar la Constitución para acabar con el llamado “comunismo” del Demócrata Roosevelt. Hoy el Partido Demócrata, dominado por los intereses transnacionales financieros, como en 1950 el Partido Republicano, quieren hacerlo para acabar con “Trump»“La democracia está en juego” gritan, por ello estamos preparados para sacrificar los derechos constitucionales, las libertades civiles y el estado de derecho con tal de “frenar” a Trump.

Laurence Tribe, quien enseñó derecho constitucional durante medio siglo, ha abogado por enjuiciar a Trump por el «intento de asesinato» del ex vicepresidente Pence. La iniciativa no prosperó sólo porque requeriría ampliar de forma retroactiva e inconstitucional la ley. 

La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés), guardó silencio conspirativo sobre el allanamiento de la residencia de Donald Trump, Mar-a-Lago en Florida. Después que el FBI ejecutó la orden de registro en la finca de Florida, el Partido Republicano rápidamente cerró filas respaldando al expresidente Trump. Incluso el gobernador de Florida, Ron DeSantis, el mayor rival para Trump en las primarias republicanas, se refirió al gobierno del presidente Joe Biden como el “régimen” y dijo que, el allanamiento en Mar-a-Lago en busca de documentos confidenciales, tomados de forma indebida, fue “una nueva escalada en el uso de las agencias federales como armas en contra de los opositores políticos”. Para obtener una orden judicial, una declaración jurada sin argumentos debidos que no señala cómo se infringió o se está infringiendo una ley federal y no revela nada del por qué no prospera. Luego, Trump salió fortalecido.

En una encuesta reciente de USA TODAY/Ipsos, el 59 % de los votantes republicanos dijo que Trump debería ser el candidato republicano para 2024. El Congreso liderado por los demócratas tiene un índice de desaprobación del 79 por ciento, según Statista.  The Economist señala que los republicanos están bien posicionados para recuperar el control de ambas cámaras.

Lo que a partir del laptop de Hunter Biden (hijo del presidente) se conoce ahora con certeza, es que el FBI trabajó activamente para alterar el resultado de las elecciones presidenciales (noviembre 2019-enero 2020) en Estados Unidos, como señaló The New York Post en su momento. Hasta The New York Times y Washington Post (ambos voceros del globalismo) tuvieron que comunicar que la computadora portátil de Hunter Biden y el contenido encontrado en ella son, de hecho, auténticos. Más de 50 ex funcionarios de inteligencia de EEUU, incluido el director de la CIA, John Brennan, quedaron al descubierto con sus falsos testimonios del 19 de octubre de 2020.

Mientras tanto para el Pueblo, en las elecciones de 2022, el costo de la energía y de la vida en general son los temas –realidades cotidianas- que de verdad importan a los votantes, que ya están en “camino de caer” en la línea de pobreza y más allá. No les interesa para nada el tema de Ucrania y el aborto apenas, temas si centrales del partido demócrata. Una encuesta nacional realizada en agosto 2022, por el Instituto Tecno-métrica de Política con sede en Nueva Jersey, revela que un sorprendente 79 por ciento de los estadounidenses opina que el presidente Donald Trump habría ganado la reelección si los votantes hubieran sabido la verdad sobre la computadora portátil de Hunter Biden. Y que (Trump) tenía razón que los demócratas le habían robado las elecciones.

Podríamos concluir que el establishment financiero demócrata no ha podido “eliminar a Trump” (con trampas jurídicas) para las elecciones en 2022 y que se perfila como claro candidato a presidente para las elecciones de 2024. Lo anterior deja a los globalistas ante una situación complicada y, por ello, es que “buscan” con urgencia salir del callejón democrático electoral, que parecería, por sus acciones, no tener salida democrática para ellos.

Del globalismo y el fascismo en EEUU

La confrontación que marca nuestro tiempo, la de la crisis sistémica del capitalismo unipolar financiero y el ascenso del proyecto multipolar plurinacional de los BRICS, con la Nueva Ruta de la Seda como proyecto, no deja de avanzar en medio de esta crisis general mundial.

El Trumpismo en el Partido Republicano defiende posturas aislacionistas, critica la ayuda a Ucrania y felicitó a Rusia en su accionar ahí. En su administración anterior Trump (2017-2021) estuvo en contra de la OTAN, por ser el ejército de los señores globalistas de Davos que hoy han sometido a la Unión Europea. Durante la administración Trump, el globalismo recibió duros golpes al perder, la City financiera de Londres, con el Brexit. Donde ésta ya perdió influencia en la Unión Europea y, luego, el centro financiero de Hong-Kong, luego que Trump derogara su “estatus administrativo especial” –respaldo- para “ejercer su influencia” en Asia. Una victoria hasta rotunda del Trumpismo, que significo una crisis para los Globalistas (Davos) en su objetivo de poder imponer el Economic Reset Global, ya que conllevo a una confrontación aún más profunda y estructural en los EEUU (1999-2001-2008-2013) entre los intereses financieros unipolares: Globalistas vs Trumpistas y Continentalistas (capital financiero vinculado con el proyecto del imperio norteamericano en decadencia).

En este contexto, nada alentador para el partido Demócrata, el presidente Joe Biden pronunció la noche del 1 de septiembre el discurso más polarizado desde que asumió la Presidencia de Estados Unidos. Además de calificar como «amenaza» y «extremistas» a los seguidores del exmandatario Donald Trump, también usó una escenografía acorde con su tono: luces rojas, sombras y posiblemente lo más polémico, infantes de marina. Esa imagen, de Biden haciendo puños con sus manos, expresión de odio, luces rojas y flanqueado por los infantes de marina, fue el detonante para que las críticas se avivaran. El Cuerpo de Marines de EE. UU., como parte de la Armada estadounidense, no debe tener inclinaciones políticas. Textualmente Biden afirmó: “No hay duda de que el Partido Republicano de hoy está dominado, impulsado e intimidado por Donald Trump y los republicanos del Make America Great Again (MAGA). Y eso es una amenaza para este país”. No solo muestra a un partido golpeado (Biden, Kamala Harris, Pelosi, etc.), sino que pretende “proyectar poder” bajo la forma de la fuerza militar. El propósito del discurso, entonces, no solo ve como amenaza a Donald Trump, sino al Partido Republicano entero, por caminar hacia el Trumpismo (https://panampost.com/oriana-rivas/2022/09/03).

Biden llamo a levantarse a todos los que se oponen a Trump, en este caso, a la mitad de la población. Lo anterior ya no solo justificaría cualquier tipo de persecución de la persona, sino que crea el ambiente para que “los partidarios demócratas” busquen cómo rechazar el resultado de las elecciones intermedias de cualquier forma. Lo cual “abre espacios” para poder lograrlo, a la posibilidad de un escenario de intento de magnicidio. Hecho que acabamos de presenciar en Argentina, con un intento de magnicidio al vicepresidente de la nación argentina –CFK-, por un “personaje” que se identifica con los símbolos nazis, como los del batallón de «Azov» de Ucrania, al “servicio” de la OTAN. Otro escenario podría ser un “auto atentado” al estilo de las Torres Gemelas. Este, más impactante aún, no solo para suspender las elecciones, sino para profundizar desplegando o haciendo escalar la guerra civil en Estados Unidos.

La guerra civil en Estados Unidos

Por supuesto, en una guerra civil, las FFAA con sus diferentes “áreas y secciones” podrán estar de un lado o del otro. El Ejército de EEUU informa que en los “últimos años” –¿desde el 1997/2000- está teniendo problemas serios a la hora de reclutar nuevos soldados, del mismo modo que lo tuvo en la etapa final de la guerra de Vietnam 1971-75. A partir de 1973, en el periodo final de la larga Guerra de Vietnam -1964/1975-, la cual beneficio solo a los   Tricontinentalistas, los reclutamientos se desplazaron constantemente al sur de la línea Mason-Dixon.

Actualmente, el ejército no alcanza sus objetivos de reclutamiento para los próximos dos años, en casi 40,000 soldados. Como informó el New York Times (globalista) ya en 2018, los reclutadores militares dependían en gran medida de la región políticamente más conservadora del país para los nuevos reclutas: el sur republicano. La decisión del ejército de cerrar muchas bases en los estados del norte, donde hay los largos inviernos, no hicieron más que profundizar y acelerar esta tendencia.

Los distritos escolares de muchas zonas urbanas de los estados azules (demócratas) incluso han restringido el acceso a los estudiantes de secundaria en los últimos años, lo que ha aumentado aún más la dependencia de los reclutas de los suburbios y pueblos rurales de los estados rojos (republicanos). Según el Mayor Paul Lewis, en los últimos años la preparación militar se ha visto afectada por “una combinación tóxica de liderazgo deficiente y la politización del ejército”, erosionando la confianza de los miembros del servicio de base.

El ejército, en otras palabras, es predominantemente republicano, al menos en su base y los demócratas no están interesados en el ejército que es básicamente republicano. Los globalistas tienen su propio ejército en la OTAN, básicamente de mercenarios pagados con las contribuciones de los países miembro y por los grandes consorcios transnacionales. Para los demócratas el ejército, en cuanto a tropa, de pronto es un problema y adversario en una guerra civil.

Si es claro que, la OTAN, recluta su alto mando en los oficiales de los otros países metrópolis y los ha formado desde 1991, en los últimos 30 años de despliegue del globalismo, con mercenarios en Siria, Afganistán, Ucrania, etc. Pero también es claro que, la OTAN, no puede contar de manera monolítica con suboficiales y oficiales norteamericanos, ya que son en forma dominante republicanos. Por ello, la OTAN recluta el alto mando y los niveles intermedios también fuera de EEUU, en GB, Canadá, Australia, etc. Y la tropa la recluta en base a tropas mercenarias provistas por corporaciones “privadas” financieras militares paralelas en EEUU y el mundo. Algo que hemos observado como “práctica política” en todos los imperios en historia, en determinado momento y particularmente en su fase de decadencia.

En dicho contexto, Biden ordenó a su equipo de seguridad nacional que dirigiera una revisión exhaustiva de 100 días de los esfuerzos del gobierno de EEUU para abordar el “terrorismo interno”, que se ha convertido en la amenaza terrorista más urgente que enfrenta el país hoy. La Administración Biden está lanzando la primera Estrategia Nacional para Contrarrestar el terrorismo interno (enfrentamiento armado interior de EEUU), para impulsar eventualmente la guerra civil.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha designado al “Extremismo Violento Doméstico” como Área de Prioridad Nacional. El Departamento de Defensa (DOD) está incorporando capacitación para los miembros del servicio que se separan o se retiran de las fuerzas armadas, sobre posibles ataques de actores extremistas violentos contra personas con entrenamiento militar. Según Kelly Offield del Instituto Mises (America´s secret government by proxy 01.09.2022), hay 1.271 organizaciones antiterroristas, de seguridad nacional y de inteligencia; 1.931 análogos del sector privado; 10.000 ubicaciones de estas organizaciones y 854,000 personas con autorizaciones de seguridad de alto secreto. La línea que distingue entre lo público y lo privado es “gris” en esta actividad.

El Consejo de Asuntos Exteriores (CFA, por sus siglas en inglés) afirma  que la principal amenaza terrorista “es más nacional que internacional”. EL CVE es el consejo que está a cargo del control de la información y tiene como misión identificar, definir y catalogar las vulnerabilidades de seguridad cibernética para el gobierno y está a cargo de delimitar qué ideas son aceptables, qué ideas no lo son y cómo hacer cumplir esos juicios con software y técnicas. Esta es la nueva normalidad en EEUU y, en general, cada vez más en el llamado “Occidente”.

El dejar a opositores sin cuentas bancarias, al estilo de Canadá con la huelga de los camioneros, es más eficiente al tener una cripto-moneda, que más pronto que tarde manejaría la Reserva federal. Y la administración Biden está trabajando a toda velocidad en acabar con el dólar papel, para sustituirlo por una nueva moneda digital. Para Biden, y para las fuerzas globalistas, los trumpistas y hasta los republicanos “empiezan” a ser considerados como Subhumanos (como los pueblos originarios, judíos, gitanos y pueblos eslavos en tiempos de nazismo o en todos los tiempos y momentos de la historia en que se necesita “construir al otro” como el “enemigo a desarticular”) a los que no solo hay que reprimirlo sino “neutralizar”.

Entonces, ¿Qué mejor que empezar por dejarles sin dinero para poder dejarles por fuera del acceso a todo lo que requiere de Dinero para “poder vivir”? Esto podría claramente ser considerada: “Una declaración de guerra en toda la línea”.

El hecho que YouGov/Economist (una firma internacional de investigación de mercados y análisis de datos basada en Internet, con sede en el Reino Unido) señala que el 57% de los estadounidenses dice que “es probable que estalle la guerra civil en un futuro no lejano”, el 14% lo considera muy probable y el 43% lo considera probable.  El 66% de los encuestados ya creía que la división política en EEUU sería crítica desde que Joe Biden asumió el cargo. Lo anterior es el resultado del trabajo del complejo de comunicación por inteligencia artificial, esencialmente dominado por transnacionales globalistas de la comunicación. Todo, cada vez más nos hace pensar que EEUU está ya en una guerra civil que aún no ha tomado las formas de dos bandos claramente delimitado por sus uniformes y nombres, pero que si observamos el fondo ya está desplegándose claramente. ¡Recordemos, que el fondo del río no es posible ver “claramente” cuando sus aguas ya marchan revueltas!

Una guerra civil en EEUU implica una crisis del Globalismo Unipolar internacional. Y lleva la situación a ese “momento” porque necesita imponer y ganar cada guerra civil que provoca, pero principalmente en EEUU. Con lo cual estamos observando que necesite también “imponer” escenarios de “guerra civil” en otras naciones, pero al modo en como lo ensayo ya en Libia, Irak, Egipto, es decir al modo de las “Revoluciones de Colores”, con fuerte presencia en el terreno de sus ejércitos de mercenarios y sus plataformas de comunicación por inteligencia artificial.  En otras “naciones como en la UE, Rusia, China, Turquía, Argentina, Brasil, etc. Que podrían hacerlas comenzar y denominarlas como “Crisis políticas” o “Gran rebelión” en cada nación/región de país central (principalmente en EEUU y GB). Donde este invierno sucederán crisis profundas por el alto costo de la energía y de la vida en general.

Pero también podrían ser escenarios las naciones tanto Latinoamérica y Caribe como en África. Será un momento más crítico todavía para poder avanzar imponiendo sus condiciones del Economic Reset a todas las naciones y pueblos del Sur. Con el frio invierno y una guerra civil en Estados Unidos, el Globalismo financiero unipolar (Davos-Otan) se encuentra claramente en problemas.

Con una guerra civil ya en despliegue, bajo sus distintas formas y modos, en EEUU, que lo empantana, y Europa en una crisis económica y política profunda, bien podría también producirse un “giro” general de no alineamiento “activo” de las naciones con el proyecto OTAN globalista. La oligarquía globalista se expresa y recorre todos los ex países centrales y periféricos. En la “vieja” periferia, ya en crisis con el centro oligárquico financiero, la tendencia es que los países del Sur global opten cada vez más por los BRICS y la Nueva Ruta de la Seda.

Con una guerra civil en EEUU que ya ha empantanado a las oligarquías financieras (Global y Continentales), Latinoamérica y el Caribe en la CELAC tiene las manos gados de libertad crecientes para integrarse al proyecto multipolar y profundizar su propia integración regional como CELAC. En tanto que, África aparece como un continente perdido para los globalistas y más aún después que China haya condonado la deuda externa a los países africanos. Lo anterior implica que el Universalismo Multipolar de los Pueblos y Naciones, con su proyecto de Nueva Ruta Multipolar de la Seda tanto como las nuevas fuerzas productivas en despliegue, con nuevas relaciones de producción, están desplazando a un sistema en decadencia y a una élite ya improductiva, parasitaria y, por lo tanto, obsoleta. Conforme nos aproximamos al año 2023, se vislumbra que la humanidad también tiene la oportunidad histórica podrá dar un gran paso adelante hacia su futuro pluriversal de naciones y pueblos.

¿Cuándo lo harán el FMI, Banco Mundial, etc.? El globalismo procura mantener el control sobre los Pueblos y Naciones de América Latina y la batalla es dura, pero se encuentra ya en pleno desarrollo y despliegue. Sin embargo, una guerra civil en EEUU en proceso y Europa en una crisis económica y política profunda, bien podrían estar dadas las condiciones para avanzar en el no alineamiento con el proyecto OTAN globalista.

Posibles escenarios futuros

Podemos observar dos escenarios plausibles para EEUU, que podrían presentarse en el futuro cercano y que no se excluyen. Los señores neo-feudales de Davos y la OTAN, que tienen presencia en todos los países y en EEUU, en sus bancos centrales, monedas, jueces y cortes judiciales, fuerzas policiales, de seguridad y militares, están jugando con dos planes alternativos para su Economic Reset en EEUU.

El Plan A de la Oligarquía Financiera Globalista (Davos/Otan/Bis), no plantea una guerra civil. El Plan B, plantea la necesidad de la guerra civil. En los dos casos, los beneficios proceden de la confiscación de riquezas a la población. Pero el Plan A requiere asegurar, partiendo de lo que la pandemia “impuso”, la completa obediencia y docilidad de la población: que se conforme con no tener casi nada y estar cuasi felices con la ´comodidad´ de poder quedarse en casa.

El plan A fue derrotado, ya que el Covid-19 no logró su objetivo en los estados republicanos. Tampoco en el Mundo. Según ellos, es el momento de Plan B, en el que los estadounidenses pueden y deberían dispararse unos a otros usando todas las armas en su poder. La Guerra Civil. Plantean también como plausible, la combinación de los planes A y B, donde los estados demócratas se mantienen encerrados y pacificados (Plan A), temerosos de los estados republicanos, donde la guerra civil (plan B) haría estragos. 

Sin embargo, arguye Zhirinovsky, el Plan B no puede comenzar hasta haberse abordado un problema: cómo deshacerse, por un lado, de las responsabilidades del gobierno federal de los EEUU. Hay dos temas: ¿Cómo deshacerse de los gastos de Defensa, del Seguro Social, SSI y de Medicare? En segundo lugar, no menos importante: ¿Cómo deshacerse de las obligaciones ante los acreedores extranjeros (China y Japón en primer lugar)?

Este jubileo auto-otorgado será un primer precedente muy bueno, para que el Sur pluriversal/plurinacional, pueda avanzar con iniciativa propia por el camino del gran jubileo –perdón- pluriversal de las deudas financieras de las naciones, un yugo que es el instrumento y modo con que las transnacionales financieras globalistas –Davos- sojuzgan o someten a los Pueblos y Naciones el en Sur Global. Que es un nuevo modo de llamar al histórico Tercer Mundo de los Pueblos y Naciones, el de la Tercera Posición Estratégica, que se reunión en Bandung por primera vez en abril de1955. Hoy más actual que nunca en el Pluriversalismo Multipolar de los Pueblos, Naciones y Regiones. Llamado también hoy el Sur Global.

El Globalismo Unipolar, para lograr sus objetivos, necesita incitar o imponer una guerra civil que saquee Washington –DC- y que “disuelva” el gobierno federal. Recordamos que el derrumbe de la democracia estadounidense ya se evidenció el 6 de enero de 2021, cuando una ‎multitud irritada por la reacción policial “tomó por asalto” el Capitolio en Washington. Hoy ‎se sabe que los manifestantes no tenían intenciones de derrocar al Congreso. Sino que la policía, comportándose como el brazo armado de un gobierno sombra (Shadow State o Estado Profundo), reprimió a los ciudadanos que ‎protestaban y luego, “orientaron” sus reacciones. Sólo después que la policía provocó la muerte de un manifestante, la multitud exasperada ‎se lanzó al asalto de la sede del Congreso. ¿No se trató de un magnífico ensayo general para un próximo auto-asalto de mayor envergadura, culpando una vez más a los republicanos?

Antes que Washington DC esté listo para ser borrado del mapa político, tendría que “suceder” o “producirse” previamente un gran saqueo, a través de un gran episodio de corrupción política. Ucrania, el patio de juegos personal de Joe y Hunter Biden, es utilizado como el principal centro globalista de lavado de dinero. De los miles de millones de dólares que la administración Biden ha emitido sin respaldo para ser gastados en Ucrania, hasta ahora poco y nada ha llegado a Ucrania. Otro tanto puede afirmarse de las grandes cantidades de armas “enviadas” a Ucrania que bien ser podría estar terminando, entre otros países, en Polonia, así como en Siria y en África que ya está certificado, etc. Por estas mismas realidades será que, en la frontera polaca/bielorrusa, Rusia y Bielorrusia ya concentran tropas.

Por ello, ha llamado mucho la atención que en un encuentro reciente de los grandes consorcios del complejo industrial y militar (Lockheed Martin Corp, BAE Systems, Northrop Grumman, etc.), el presidente de Ucrania haya sido “invitado” a participar por zoom, para expresar ´sus prioridades´, supuestamente para el conflicto en Ucrania.

Una vez que, el mensaje que la democracia está muerta se “recibe” y que Washington es una “cueva de ladrones”, el camino estará despejado para el Plan B: la ´guerra civil´ con mercenarios contra la población en los estados rojos, republicanos. El momento más alto de la guerra civil ya en curso. Seguramente los líderes de MAGA –Trumpistas- ya están en conocimiento y tienen bien claro este panorama, con lo que un empantanamiento no es para nada improbable. La “derrota” en llevar la guerra civil al estadio de la guerra civil armada general, significaría la muerte del unipolarismo globalista. Pero, también, significaría la debacle estructural del Continentalismo norteamericano. Estaríamos presenciando la Perestroika Norteamericana avanzando ya en profundidad.

Otro escenario posible y complementario es que la Reserva Federal (Banco Central), que está inexorablemente ligada al Banco de Pagos Internacionales o BIS (el «banco central de los bancos centrales»), haga “algo”. El BIS es una institución controlada por la oligarquía globalista transnacional, no por la oligarquía estadounidense. Su objetivo podría ser “derribar desarticulando” la economía estadounidense, mediante un “movimiento” que haga estallar su moneda (dólar), para hacer realidad el sueño globalista de una “utopía socialista mundial¨. Para ello, no tienen tiempo de sobra.

La banca central en EEUU y en la UE ya han hecho “explotar una burbuja” de larga duración, con tasa de interés fija baja, para luego poder subir las tasas en todo el espectro crediticio. Que, de sostenerse, se traduciría en una depresión económica con destrucción de la economía real, sobre todo en la industria. Se puede observar cómo los mercados comienzan a hundirse y como el desempleo se dispara. En el marco de una inflación auto-inducida “galopante” y sin aumentos de salarios, estarían logrando reducir cada vez más el nivel de vida de la población en general y haciendo crecer en el pueblo norteamericano una situación “desesperante”. Pero, además, afirman que “tienen el control”, incluso de esta “velocidad de caída” aún.

La Reserva Federal –Banca Central Privada Globalista- hoy está en condiciones, con el aumento de las tasas de interés, de producir el colapso del dólar. Igual situación y del mismo modo, también opera el Banco Central Europeo. De lograr hacerlo en tiempos de elecciones en EEUU, podrían introducir incluso una cripto-moneda que reemplace al dólar.  Es poco tiempo el que tienen y ahí está el “punto de estrangulamiento” para los intereses globalistas.

Un decreto presidencial en EEUU estaría previsto para el 20 de septiembre. Si la información es correcta, sería una medida en torno a lograr restringir al máximo el dinero en efectivo a disposición de la población. El objetivo de la cripto-moneda es poder cortar el acceso al dinero en efectivo de modo decisivo y selectivo.

Luego, a cada ciudadano que no se ajuste a las “nuevas reglas”, en teoría a la mitad de la población (republicana), se le podría cortar el acceso a su dinero al bloquear sus cuentas. Tal y como lo hicieron ya en Canadá, durante la huelga de los camioneros. Esta misma política está en marcha a través del BCE en la Unión Europea. Pero el tiempo parece jugar en contra del Globalismo. Estas elecciones podrían incluso “anunciar” que estamos presenciando el fin de la civilización occidental.

Bibliografía:

Dierckxsens Wim y Formento Walter, La Perestroika en Estados Unidos, Réquiem para la civilización occidental, Acercándonos ediciones, Buenos Aires, 2021

Dershowitz Alan ¡Consigue a Trump! Maldita sea la constitución, Instituto Gate Stone, 25 de agosto de 2022, zero hedge, 30 de agosto de 2022

Durden Tyler, DOJ probablemente esperará más allá de los exámenes parciales para revelar los cargos de Trump, 31 de agosto de 2022

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El CIEPE es un espacio creado en el año 1995 con el objetivo de producir conocimiento que aporte a la resolución de las tareas históricas nacionales y latinoamericanas. El objetivo fundamental de sus actividades es promover la investigación, el estudio y el análisis, produciendo bases de datos, para el desarrollo de contenidos, la construcción científica del conocimiento y su divulgación permanente. Forma parte de la Red de Centros de CLACSO. Su director es Walter Formento.

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